El gobierno lalinense mantendrá los bolardos de granito que separan la plataforma habilitada para la circulación de vehículos de las aceras en la recién humanizada calle Matemático Rodríguez. Bien por actos vandálicos o por accidentes fortuitos, parte de estas bolas fueron desapareciendo en las últimas semanas en una obra inaugurada oficialmente en las pasadas fiestas patronales del finales de septiembre.
El concejal responsable del departamento de Urbanismo, Nicolás González Casares, anunciaba ayer que el Concello va a revisar la correcta colocación de estos elementos de ornato y seguridad al afecto de prevenir nuevos daños en los mismos. No obstante, recuerda que la obra está en período de garantía y por tanto el desanclaje y la recolocación de los bolardos pétreos no le supondrá ningún coste a las arcas municipales, ya que corresponde a la empresa constructora asumir estas tareas. Casares explica que cuando se detecta el desanclaje de una de estas bolas se recogen y son custodiadas para evitar que se pierdan o que supongan un peligro para peatones o conductores. Una de estas bolas todavía podía verse anteayer al lado de una papelera en la rúa Pelayo. El edil de Urbanismo repara asimismo en que teniendo en cuenta que muchos de estos desperfectos se producen a consecuencia de actos vandálicos, realiza un llamamiento al civismo "con el objeto de evitar acciones que perjudican al conjunto de los lalinenses".
Tráfico pesado
Por otro lado, el Concello valora limitar el paso de vehículos de más de 5 toneladas por esta calle y por Ramón Aller por no considerar adecuado su tránsito por estas dos vías céntricas. Casares sostiene que actualmente ningún vecino pone en duda que el proyecto de humanización de Matemático Rodríguez en la zona de la estatua de Loriga mejoró considerablemente este espacio público, "siendo el actual aspecto notablemente mejor que el previo y consiguiendo incrementar de manera muy importante la apariencia estética y urbana de este entorno". Asimismo, valora que con esta obra se permite cortar al tráfico de manera puntual el tramo de rúa que fue humanizado, consiguiendo así una nueva plaza que puede ser aprovechada para usos socioculturales, "una medida que está gozando de una gran acogida", afirma. El proyecto contó con un presupuesto que rondó los 118.000 euros, adjudicado a la empresa Taboada y Ramos.
La instalación de los bolardos fue vista con diferentes puntos de vista en el seno del gobierno, aunque se decidió respetar el proyecto técnico. Estas dudas también se extienden a muchos vecinos que, opinan que si la intención era la de humanizar la calle, los bolardos sobraban por interrumpir una visión más diáfana del espacio. Pero también hay que tener en cuenta que quizá sin estas bolas, muchos conductores no respetarían las aceras, a las que subirían sus coches para estacionar.
