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Mudanza en la alameda estradense

El nuevo diseño de los jardines trasladará elementos del parque, como hicieron anteriores reformas

El ancla regalada por la Armada a la sociedad estradense

"No había árboles. Todo lo que hoy es jardín era una finca en la que los dueños sembraban patatas y otras cosas". El presidente de la asociación de vecinos San Antonio, Jesús Leis Camba, rememora la imagen de aquella alameda de A Estrada que solo unos pocos recuerdan. "Fueron plantando poco a poco. La gente comenzó a animarse y, al ver que aquello cogía ambiente, el ayuntamiento decidió ir haciendo plantaciones", continúa. Aquellos jardines se quedan hoy pequeños para acoger a todos los ciudadanos que cada día eligen este céntrico espacio para disfrutar de un momento de ocio y esparcimiento. No es algo que se note ahora. La ampliación de la alameda se lleva demandando desde hace décadas. La propia asociación San Antonio lo hizo en el año 2000, presentando una alegación al plan urbanístico avalada por más de un millar de firmas. El proceso de expropiación abierto para que este "pulmón" pueda expandirse y los proyectos de remodelación anuncian que en muy poco tiempo la imagen de aquella zona ajardinada al pie del consistorio mudará por completo.

El trabajo topográfico arrancó en la mañana de ayer en la alameda para evaluar terreno, servicios y arbolado, identificando cada elemento para que el Concello pueda planificar, contando con el asesoramiento y el visto bueno de Patrimonio, los cambios que se van a realizar en los jardines actuales. El proyecto incluye, según explicó el alcalde, buscar alternativas para establecer algunos servicios en el parque, solventando, por ejemplo, la falta de aseos.

El diseño de la nueva alameda de A Estrada implica una mudanza en toda regla. Además de medir y estudiar cada espacio para ver sus posibilidades con perspectiva, Habrá que decidir qué se queda y qué se mueve. Y de cambios sabe bastante la alameda local, aunque con algunos elementos emblemáticos que casi siempre han estado ahí, caso del singular y catalogado palco de música.

Lejos quedan ya las imágenes de aquel arco que recibía a los ciudadanos en la entrada del parque o las del estanque para patos y las pajareras que llamaban de forma especial la atención de los más pequeños. Las fuentes son otro de los elementos siempre presentes en este jardín, aunque la de menor tamaño -que muchos estradenses se recordarán escalando para poder beber- fue movida en varias ocasiones.

Al margen de los columpios actuales y de los árboles que puedan ser trasladados, el proyecto de remodelación representa un interrogante en la ubicación de otras piezas que hoy adornan el jardín. Una de ellas es el kiosco -parece llamado a desaparecer-, muy próximo a un ancla regalada a los estradenses en la década de los 80 y cuya plaza simplemente reza: " La Armada a La Estrada". No muy lejos un monolito recuerda a Marcial Valladares con motivo de la celebración de las Letras Galegas de 1970.

Qué pasará con estos y con otros elementos, caso de las pistas deportivas, la plaza construida en la parte posterior del consistorio o la pérgola de piedra próxima a la fachada de este son algunas de las incógnitas que depara la nueva imagen de la alameda de A Estrada, llamada a escribir pronto una nueva página en su historia.

Fue en el año 1911 cuando el Concello decide que delante del edificio del ayuntamiento se necesita un espacio más amplio. En 1916 se acordó acondicionar una plaza y en 1918 se apostó por urbanizarla, por una cuestión de ornato. Aunque resulta difícil precisar con exactitud cuándo se originan los actuales jardines, un artículo publicado por María Jesús Fernández Bascuas en A Estrada. Miscelánea histórica e Cultural explica que es en torno a 1925 cuando la zona ajardinada próxima al consistorio está en plena formación.

Desde el año 1956 la configuración de esta parcela es bastante similar a la actual, incorporando elementos como el palco de la música. En el año 2000 se instaló el kiosco y entre 2009 y 2013 se hicieron varios cambios en el recinto, incorporándose el muro perimetral que hoy día presenta por la parte norte y oeste la alameda. Cambios en las estructuras de juego o la remodelación del entorno de la fuente -la reforma más reciente- han ido mudando la imagen de los jardines. El cambio que se les avecina ahora los datará de 4.500 metros más. Todo apunta a que no perderán su alma verde aunque se perfilan inmersos más que nunca en su espíritu urbano.

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