La Xunta participará en la rehabilitación de la iglesia parroquial de Santa María de Donramiro, aunque la consignación económica que habilitará está todavía por determinar. Precisamente será el proyecto que la Consellería de Cultura acaba de encargar el que establezca tanto la cuantía económica que aportará el departamento dirigido por Román Rodríguez como "la actuación concreta a desarrollar".
Así lo confirman fuentes de la consellería, que además avanzan que la redacción del proyecto podría estar ultimado "dentro de esta primera fase de estudio" para comienzos del próximo mes de julio.
En el templo románico de Donramiro no se realizan oficios desde hace aproximadamente un año debido al deterioro del tejado, que provoca filtraciones de agua al interior. Gran parte de las tejas están rotas o muy dañadas y tanto las humedades como el estado del coro del templo, de madera, motivaron que el responsable religioso del mismo, Marcos Torres, decidiese el año pasado suspender las misas de fin de semana y trasladar estos oficios a la capilla de O Montserrat por cuestiones, también, de seguridad de los feligreses. Por tanto en la iglesia solo se celebran algunas misas o ceremonias por expreso deseo de los fieles. En marzo del año pasado Cultura manifestaba que tras la visita del conselleiro al templo, el inmueble religioso del siglo XII "es un bien de alto valor simbólico en el que debemos actuar conjuntamente y de forma coordinada la Consellería, el Concello y el Obispado, como propietario del bien".
La parroquia disponía ya de un estudio elaborado sin costes por un profesional lalinense, pero éste habría sido descartado por la Xunta, que decidió encargar otro. El inicial cifraba en unos 150.000 euros la cuantía económica necesaria para atender las urgencias de la iglesia: la cubierta y otros trabajos interiores. Mención especial merece el deterioro que sufre el retablo de madera, con partes desprendidas desde hace años, así como el desconchado de la pintura de color dorado. Y recientemente, en concreto por el temporal del pasado mes de febrero, la iglesia perdió la cruz que presidía su campanario triangular. Los restos de la pieza se custodiaron su valor patrimonial, aunque en principio acometer una restauración de la misma sería prácticamente imposible. La cruz se desprendió por el viento y cayó al suelo, rompiéndose en varios trozos.
