La procedencia de los transeúntes que pasan por A Estrada y se detienen a pedir cobijo es muy variada, según apunta el responsable de Cáritas en el municipio. Los hay gallegos, de diversos puntos de la geografía española y también extranjeros. "Españoles y gallegos hay cantidad de ellos", señala José Manuel Vázquez. El programa atendió también en el último año a transeúntes rumanos, portugueses, rusos, ucranianos o belgas, entre otras muchas nacionalidades.

El perfil de estas personas ambulantes que son asistidas en A Estrada corresponde con edades comprendidas entre los 25 y 50 años, aunque, tal y como explica Vázquez, hay excepciones, como el caso de "dos señores mayores que me los traían a las nueve de la noche" tras ser encontrados por las fuerzas de seguridad en el municipio de Forcarei. La afluencia de transeúntes es continua durante el año, independientemente de la meteorología. "Se mueven todos los meses", señala el director de la sección local de Cáritas.

Inconformistas

"Unos no se conforman con lo que tienen y otros buscan otro modo de vida", apunta el responsable local de Cáritas sobre los motivos que llevan a algunas de estas personas errantes a seguir este tipo de vida. Por lo general, dice, son agradecidas. "Son conscientes de que para nosotros es un sacrificio muy grande atenderos", señala Vázquez.