Hace un año el Concello de Lalín sancionó a varias personas por orinar en la calle B con 60 euros a cada uno y desde entonces este tipo de actos incívicos parece que se han reducido, pues así lo indican fuentes de las fuerzas de seguridad. La concienciación ciudadana es fundamental para que no haya que recurrir al cumplimiento de la ordenanza municipal referida a conductas ciudadanas impropias, que contemplan también multas por ensuciar las calles o depositar colillas en la vía pública.
El gobierno local recurrirá a la pedagogía para tratar de evitar que estos hechos se mantengan y además de concienciar a los vecinos sobre la importancia de mantener el hábitat urbano con una imagen adecuada, ampliará el número de papeleras. Esta medida, aunque parezca la más razonable, no es común en muchos territorios, donde se entiende que al margen de la distribución de las papeleras, debe ser el ciudadano el encargado de llevar los desperdicios en la mano hasta el punto habilitado. En todo caso en Lalín, para alcanzar el objetivo, si la pedagogía no funciona, el gobierno municipal recurrirá a las sanciones. Y a partir de abril la policía comenzará a multar a los vecinos que tiren colillas en la calle con 30 euros. La ordenanza prevé sanciones de hasta 3.000, pero solamente en los casos de reiteración de maltrato al entorno público. En la práctica totalidad de las calles a diario pueden verse millares de cigarros tirados, algo que con esta cruzada se pretende erradicar. La mayor parte de los negocios de hostelería tienen ceniceros habilitados en el exterior para los fumadores, pero no siempre se hace uso de los mismos, obligando en casos a los profesionales o a los servicios de limpieza a recogerlos a diario. También se incidirá en el control a las personas que permiten que sus mascotas defequen en la calle, con idénticas sanciones a los vecinos que tiren basura o colillas a la vía pública.
