Los productores de manzana de sidra en ecológico de A Estrada han iniciado estos días la preparación de sus árboles para la nueva cosecha, que prevén que sea buena. Y es que se ve "mucha yema de flor" y eso hace presagiar "que va a ser un año de buena cosecha" si esta "se logra", explicó ayer el presidente de la Asociación para a Defensa Fitosanitaria (ADF) Maceiras de Tabeirós y de Maceira e Sidra, José Antonio López Pampín. Este desveló, además, que dado que el pasado año apenas hubo producción, si no se acometen trabajos preventivos los manzanos tendrían este año una cosecha excepcional y el próximo apenas producirían, incurriendo por tanto en vecería. Para evitarla, hay que adoptar medidas como las que el propio López Pampín -uno de los grandes productores independientes de manzana de sidra en A Estrada- ha iniciado en sus plantaciones de Moreira.
Ha empezado a quitarle ramas a los árboles para que produzcan menos manzana y, así, evitar la vecería. El objetivo de esta medida es regular las cosechas, favoreciendo que haya "una producción normal" cada año.
Esta tarea de eliminación de ramas también está sirviendo para cortar y sanear el corte de muchas ramas de los manzanos que están desgarradas como consecuencia del fuerte temporal que azotó la comarca a principios del pasado mes de febrero. De este modo, al efectuar cortes limpios se trata de evitar que los árboles resulten afectados por el cáncer del manzano que, a la larga. puede hacer que se mueran.
Pero la poda es especialmente drástica con algunas especies que han demostrado ser inadecuadas para la producción de manzana de sidra en A Estrada. Es el caso de la improductiva Coloradona y de la temprana Clara, cuya pronta maduración hace que resulte muy difícil coordinar su recogida con la cosecha del resto de las variedades. Mientras que lo habituale s que la fruta se recolecte en A Estrada en torno a septiembre, la Clara madura un mes antes y si se deja en el árbol hasta que se recoge el resto de la cosecha se pasa de maduración. Productores como el propio López Pampín (que empezó a testar estas variedades hace 22 años), la cooperativa Ullama (que comenzó a trabajar con ella hace una quincena) o titulares de explotaciones vinculadas al proyecto Cernes han podido constatar, según López Pampín, que son variedades poco rentables en comparación con otras experimentales que están dando mejor resultado en la zona: Regona, Raxao y De la Riega. ´Lo mismo ocurre con la Rabiosa de Callobre. Son variedades que ofrecen parámetros de producción sidrera muy importantes y un alto índice de sanidad vegetal. Comprobado esto, en A Estrada se está apostando por decapitar las viejas variedades para aprovechar su patrón para efectuar injertos de variedades más productivas. Su intención es que en dos años vuelvan a producir de nuevo y que en el plazo aproximado de 5 a 7 años se encuentren de nuevo al máximo rendimiento. No son los únicos injertos que se están realizando. También se están efectuando en patrones bravos para adaptarlos a las variedades deseadas.
Para culminar todas estas labores de preparación de los árboles para la nueva cosecha y para los años venideros, López Pampín recomienda efectuar una desinfección de los árboles a base de cobre, autorizado por el Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica. Una segunda fase de desinfección a base de cobre mezclado con aceite mojante que se adhiera a los árboles e incluso una mezcla de aceite de parafina -que actúa como insecticida, asfixiando a los huevos de insector y larvas que podrían dañar la fruta- deja los árboles "en perfecto estado" para empezar la floración. Se evitan mohos, bacterias y muy especialmente el moteado y el pulgón. Las óptimas condiciones climatológicas están siendo propicias para la realización de estos trabajos, que el pasado año no se pudieron efectuar por las lluvias. El saneado de los árboles es una "labor preventiva" que evita futuros problemas y garantiza un rendimiento adecuado sin usar los fungicidas y pesticidadas, que al estar en producción ecológica, no podrían utilizar.
Destruir las ramas de poda y fertilizar los árboles aplicándole cal a la tierra para ayudar a que se descompongan los abonos y eliminar la acidez predominante en la zona completan las tareas en ejecución para garantizar que posteriormente se logra la cosecha sin aplicar tratamiento alguno, como es preceptivo en agricultura ecológica.
