-Es la creadora del proyecto Readapta, que trabaja con personas con algún tipo de discapacidad ¿En qué consiste?
-Readapta nace por un trabajo que hago para la Universidad de Pontevedra llamado "Autonomía funcional y calidad de vida en amputados de miembros inferior y superior". Es un proyecto de deporte y actividad física adaptada a personas con discapacidades y algún tipo de enfermedad, desde ictus a cardiopatías, síndromes raros, enfermedades terminales o degenerativas. Es un área que me apasiona. Trabajo con amputados adultos y niños de O Porriño, de Gondomar, de Sada, de Taboada, de Vilalba, de Valga o de Santiago que vienen aquí a A Estrada.
-Se le ve una persona muy involucrada a nivel social. Ha colaborado con una ONG en la India. ¿Cómo fue la experiencia?
-Hará unos seis años me fui un mes, en Navidad, con un amigo y su familia de dentistas. Él, de forma altruista, iba a arreglarle la boca a la gente de allí y yo le aportaba un poco de deporte, de actividad física, de baile, de alegría, en definitiva. Fue una experiencia estupendísima. Aprendí de ellos un montón. A partir de ahí hice en A Estrada un festival para recaudar fondos para el comedor de los niños de allá. Tuve que dejar de hacerlo porque, con la crisis, empezó a haber familias de A Estrada que lo pasaban mal. No me parecía justo en aquel momento pedir ayuda para mandar cuando aquí había gente también con necesidades.
-Se nota que vive y ama lo que hace...
-Vivo mi trabajo. Tuve la suerte de poder trabajar de lo que me gusta, evolucionar y, sobre todo, no parar. Soy una persona que no me puedo quedar quieta. Siempre estoy estudiando y me gusta investigar, buscar opciones. Me aporta mucho ayudar a una persona que está enferma o no se siente bien. Y el equipo de trabajo que tengo conmigo es el mejor. No tengo empleados, tengo una familia. Casi todos son exalumnos míos desde niños.
