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La presión fiscal en Deza y Tabeirós

Los vecinos de las comarcas pagan 138 euros más de media en impuestos que hace diez años

Lalín es el que tiene la mayor carga impositiva, pero donde el incremento fue más suave -La presión fiscal en Rodeiro aumentó un 278% y un 136% en Dozón -La diferencia entre la capital dezana y la de Tabeirós está en 156 euros

La presión fiscal que soportan los vecinos de las comarcas cada año varía, en función del municipio de residencia, en hasta 226 euros por habitante y año. Las localidades más grandes, y por tanto las que ofertan más servicios, son las que ejercen una mayor carga impositiva sobre sus vecinos, pero la diferencia es incluso muy acusada entre, por ejemplo, las dos capitales de comarca. Mientras en Lalín la presión fiscal -con datos de los presupuestos del año pasado- está en 448 euros un estradense tiene una presión fiscal de 292; es decir, 156 euros menos.

Tomando como referencia la carga impositiva en las comarcas y su evolución durante una década se constata una enorme diferencia entre lo que subieron de media los tributos en los nueve ayuntamientos de Deza y Tabeirós-Montes. En un cálculo de la recaudación de tributos directos, indirectos y tasas municipales del año 2006 y las previsiones del curso pasado hay que destacar que la media pasó de 161 euros por habitante y año hasta los 299 actuales. Diez años atrás Lalín ya partía con la presión fiscal más elevada de la zona y por eso el incremento ha sido más suave que en otras localidades como Rodeiro, donde la carga impositiva casi se ha triplicado. En Agolada, Dozón y Cerdedo la recaudación de tributos y su repercusión sobre los ciudadanos se ha duplicado con creces. La capital dezana presentaba hace una década una presión fiscal ya por encima de los 300 euros por vecino y de los exactamente 309 se pasó a 448. La clave, además de un ajuste en los impuestos indirectos, está en los directos que básicamente tienen que ver con lo que les cuesta a los ciudadanos el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), al que corresponde la mayor parte de la recaudación por este concepto. Así, se pasó de unos ingresos de 3,2 millones a 5,2. Los fondos que llegaron al concello por tasas -las satisface solo el ciudadano que hace uso de estos servicios- aumentaron desde algo más de un millón y medio al año hasta los 3,6 que figuran en los presupuestos del ejercicio pasado. Por tanto, la carga fiscal en la capital dezana aumentó un 45% en una década.

La subida en Silleda fue del 56% y la carga impositiva pasó de los 244 a 381 euros. La recaudación de impuestos directos subió, pero apenas en medio millón, quedando en 1,7 millones, y la mayor diferencia aparece en las tasas. Vila de Cruces partía con una presión fiscal moderada para un concello de sus características, de 160 euros, pero en estos diez años aumentó un 80%, o lo que es lo mismo, 128 euros más por ciudadano. Rodeiro es el muestra cómo se ha disparado la recaudación y su carga tributaria a los ciudadanos subió un 278% tras pasar de 78 euros anuales a los 280 actuales. En Agolada el alza fue de algo más del doble de los 115 euros de promedio del año 2006. Y en Dozón la presión fiscal estaba en 94 euros y ahora es de 128 más.

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En A Estrada se partía de 179 euros por habitante y en una década se incrementó hasta los 292. Impuestos directos, indirectos y tasas representaban en 2006 un total de 3,9 millones y ahora se rebasan los seis. La subida ha sido del 63%. Un forcaricense satisface al Concello una media de 264 euros, que son 116 más. En Cerdedo la carga tributaria se duplicó claramente una vez que partía de un promedio de 129 euros por habitante y año y ahora se sitúa en 274.

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