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Un esfuerzo contra el abandono

La asociación A Fervenza de Ouzande programa una jornada de limpieza de este entorno

Participantes en una ruta de senderismo programada por la asociación A Fervenza de Ouzande.

Después de 15 años se ha convertido en tradición. La Asociación A Fervenza de Ouzande programa para el sábado una jornada de limpieza y desbroce en el entorno bucólico que le da nombre al colectivo. Un hermoso paraje natural constituido por siete molinos y un pozo en el que, desde principios de los 2000, tanto vecinos como miembros de la asociación se vuelcan en las labores de mantenimiento, restauración y puesta a punto.

"Cuando empezamos era un lugar inaccesible", declaró el presidente del colectivo estradense, Xabier Camba. A partir del 2002, los miembros de la asociación comenzaron a limpiar y adecentar la zona, convirtiéndose "en algo habitual" que realizan, al menos, una vez al año. Según Camba, lo que buscan con la celebración de esta curiosa jornada es "mantener el espíritu del patrimonio arquitectónico y popular". El presidente siente como "deber" la conservación de los espacios naturales y, por ello, desde la asociación se busca revitalizar el entorno y evitar que caiga en el abandono, estado en el que aseguran que se encontraba hace más de 15 años.

Pero el trabajo también ha de tener su recompensa. Por ello, la convocatoria de limpieza prevista para las 17.00 horas solo será el preludio de una merienda de confraternidad entre todos los participantes. Desde la asociación indican que este año, en un intento de innovar, han sustituido sus tradicionales "Noites no Muiño" por una comida campestre a media tarde. Eso sí, con el Muíño do Rubio como símbolo indiscutible de Ouzande.

Y es que la edificación tiene su historia. Según Camba, al ser el lugar más accesible, también es el habitual punto de encuentro entre los miembros y vecinos que participan en las labores de limpieza. "Lo recuperamos nosotros, le pusimos el tejado para que no cayese y estamos trabajando en el interior para que pueda funcionar", declaró el presidente. Unos esfuerzos vecinales que van más allá de las labores de limpieza y que buscan la recuperación de un entorno carcomido por los años de abandono y por la vegetación. Aunque Camba aseguró que también tienen previsto mejorar algunos de los molinos que se encuentran en la zona, algunos "quedarán en estado ruinoso". Y no solo argumentó su afirmación con el encanto de los entornos rodeados de viejas edificaciones, también incidió en que una recuperación completa "requeriría de mucha inversión".

El Muíño do Rubio no es más que el icono de un esfuerzo conjunto, marcado por el empeño vecinal. Lejos de conformarse con la resignación, A Fervenza de Ouzande demuestra cada año el alto valor patrimonial y turístico de los recursos más recónditos.

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