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Gonzalo Valcárcel: con la segunda parte llegó lo mejor

Al actor estradense se le acumulan obras y proyectos tras volver a los escenarios hace 20 años, 18 después de haber dejado el teatro

Gonzalo Valcárcel, veraneando en Vilagarcía, en donde volvió a actuar hace ya 20 años. // Iñaki Abella

Quien dijo que segundas partes nunca fueron buenas desconoce la trayectoria artística del actor estradense Gonzalo Valcárcel Nogueira que, en honor a la zapatería familiar, en alguna ocasión usó como nombre artístico Gonzalo da Esquina. Hoy se le acumulan los papeles en distintas obras teatrales: Xamón Xamón de Tirinautas, Teimas de Disfunción Continua, Cabeza de Dragón con Clámide y el espectáculo etnográfico O Son do Sabugueiro con la Asociación Cultural A Ponte Vella de Teo. En junio estrenó con estudiantes de instituto un espectáculo en el que encarnaba a Manuel María. En su horizonte se perfilan nuevos proyectos: una obrita de teatro en noviembre para el festival de Lume na Lareira y, tras el verano una nueva obra teatral adaptación de un texto de Neira Vilas de uno de sus directores fetiche, el estradense Xosé Lueiro.

Es el presente y el futuro inmediato de un actor cuyo pasado artístico es un gran desconocido para buena parte del público. Muy pocos saben que Gonzalo -que nació en A Estrada en 1954 e inició sus estudios de Ciencias Económicas en la Universidad de Santiago en 1971- dio sus primeros pasos en el mundo del teatro en su etapa de universitario, de la mano de quienes sentarían las bases del teatro profesional gallego en la década de los 70. Entre esos nombres cabe mencionar a Xaquín García Marcos y a Roberto Vidal Bolaño. Este le "concedió el honor de presentar la primera representación profesional de un grupo de teatro profesional gallego: Laudamuco Señor de Ningures, puesta en escena por el grupo de teatro Antroido. Con este ejercería Gonzalo Valcárcel de sacristán en As Aventuras de Xan O Panteira, de pastor de ovejas en As Falcatrúas do Marqués do Patacón y de cacique en Memorias de Mortos e de Ausentes. En este espectáculo reivindicativo de los últimos años de la dictadura, que tuvo una gran acogida, Gonzalo admite que "el fracaso fui yo". Había asumido su papel a última hora y el público, al verle, "se escacharraba de risa". Confiesa en que ello influyó en su retirada, tras otro contratiempo: la hemorragia interna de una úlcera que le impidió acudir a la Sala Cadarso de Madrid para representar As Aventuras de Xan O Panteira en representación de Galicia.

Puso fin a una etapa en la que confiesa que tuvo "mucha suerte" por coincidir con "gente de mucho talento": Vidal Bolaño, García Marcos y la actriz silledense Marisa Soto, ya fallecida pero de la que proclama que era "una de las mejores actrices que teníamos en Galicia". Tuvo la oportunidad de profesionalizarse con Xulio Lago, entonces actor y luego uno de los directores más conocidos de la escena gallega, que posteriormente llegaría a obtener un premio María Casares a la Mejor Dirección.

Pero Valcárcel prefirió licenciarse en Ciencias Económicas y Empresariales y, mientras que trabajaba en Donuts, preparó oposiciones a Caixanova, de cuyo equipo humano comenzaría a formar parte en 1982, como comercial primero y 6 años como director de sucursal después hasta que lo dejó, aun siguiendo vinculado a la entidad para simultanear ese trabajo con el de gestor administrativo y corredor de seguros entre 1991 y 1996 en la Gestoría Valcárcel en Cambados y Vilagarcía.

Y fue precisamente así como volvería a actuar en 1996, 18 años después de haber dejado el teatro. Al lado de la gestoría ensayaba Clámide bajo la dirección de Julio García Cores. Le encomendó un papel en La tía de Carlos, "un éxito colectivo e individual". Poco después, la TVG realizó un casting en Vilagarcía le dio un papel de reparto en la conocida serie Rías Baixas. Se mantuvo en el plantel durante 15 capítulos. También haría de extra en Los lunes al sol de Fernando León y representaría El sí de las niñas con Clámide.

Fue en ese momento cuando regresó a A Estrada y conoció a Lueiro, "el eje" de todo lo que posteriormente viviría en el municipio. Le había visto en El sí de las niñas. Se estaba fraguando un "proyecto muy bonito": Ensalada de Mosquito, protagonizada por el televisivo cómico estradense Isi y los dos siguientes clasificados del programa O Rei da Comedia de la TVG. En A Estrada se representaron diez funciones seguidas y dos más tras la gira por Galicia. Fue algo "irrepetible". El espectáculoalcanzaría 30 representaciones en el circuito profesional del Igaem.

Valcárcel entraría en la Escola Municipal de Teatro y aprendería mucho de sus compañeros y de Anabell Gago, que le dirigiría en el monólogo Sobre os males que produce o tabaco así como en A Ópera de A Patacón, Criaturas, Xoana Sen Medo y Cabaret. Con Arthur Trillo trabajaría en O Oso y con Xosé Lueiro y el 80% del elenco de Ensalada de Mosquito en O Último Chimpín, que sumó 13 representaciones en el circuito del Igaem. Paralelamente,actuaría en los cortos 404 de Trípode Producciones (primer premio de Cápsulas Promo en Curtas na Rede 2008), Todos Perden -también de Trípode- y Animais Articiais del IES García Barros.

Son experiencias muy distintas en las que pudo desarrollar su pasión por la interpretación a la par que descubría a "gente fantástica". Señala que su mujer, Amalia, y sus tres hijas le brindaron el apoyo necesario para simultanear sus obligaciones diarias con su pasión."Disfruté del teatro pero no lo sufrí", reflexiona al mirar hacia atrás. Sabe que gracias a haber optado por la banca y no por el teatro como medio de vida tuvo una estabilidad económica que le ahorró "muchos sufrimientos". Los profesionales de la escena "tienen muchísimo mérito" y le merecen "todo el respeto". Comparte con ellos la pasión por la interpretación, una llama que nunca se extingue.

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