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Cemento contra el fuego

Un vecino de A Estrada lleva más de diez años luchando para que los bomberos usen su método para apagar los incendios

José Montenegro, ayer, en la puerta de su casa en Codeseda. // Lois Docampo

José Montenegro Correa reside desde hace muchos años en A Estrada pero dio sus primeros pasos en la costera localidad de San Ciprián de Burela. Por este motivo y aunque hoy disfruta de su jubilación entre montañas, pasó su vida trabajando en el mar. Este vecino de Codeseda tiene sin embargo una obsesión que lo persigue desde hace tiempo y que poco tiene que ver con la que fue su profesión como marinero, sino con el fuego. Montenegro lleva más de diez años peleando con los bomberos y todo aquel que quiera escucharle para intentar que los servicios de extinción de incendios cambien radicalmente su forma de trabajar, sustituyendo la utilización del agua como el principal método para apagar el fuego por el cemento.

"Hubo una época en la que incluso intenté patentar el invento", dice entre bromas, "pero no tenía dinero suficiente para comprar todo el cemento del mundo", sonríe. Montenegro defiende que no busca ningún tipo de compensación ni quiere buscar la enemistad de nadie, solo quiere ayudar en la extinción de los incendios que tanto daño están causando en Galicia. Este vecino de Codeseda defiende decididamente su idea, que reconoce incluso sencilla. Según explica, lo único necesario para apagar un gran fuego es un saco de cemento.

"Si tu esparces cemento directamente del saco sobre algo que está ardiendo verás que se apaga al momento. Es instantáneo y además donde lo echas no vuelve a arder. Con varios sacos puedes frenar el un momento el frente de un fuego e impedir que siga avanzando", argumenta. Montenegro entiende que los servicios de extinción de incendios deberían sustituir el agua por este otro elemento en una primera fase de la extinción. Posteriormente, una vez apagado el fuego, sería el momento de regar. El vecino de Codeseda defiende que este método no solo apaga más rápido las llamas sino que además es totalmente respetuoso con la naturaleza, volviendo a recuperarse en poco tiempo las plantas en la zona en la que tuvo que utilizarse. A eso ayuda el regado posterior.

Montenegro defiende su método tanto para zonas rurales como para urbanas. En el caso de edificios, sostiene que el uso de cemento es todavía más efectivo, al estar las llamas más concentradas. "Si ahora mismo empezase a arder mi casa no cogería agua, cogería un saco de cemento y lo apagaría en un momento", afirma.

El estradense explica que lleva más de diez años intentando que los bomberos escuchen su propuesta pero ni a nivel nacional, ni autonómico, ni municipal lo han tenido en cuenta a pesar de llegar a hacer demostraciones ante diferentes responsables para demostrar su utilidad. Montenegro teme que el motivo de no escucharlo y de no llegar a poner a prueba sus métodos parte de los propios bomberos. "No les interesa apagar rápido un fuego, Cuanto más trabajan, más cobran. Eso es un negocio", sentencia enfadado.

Por otra parte y en relación a los incendios de los últimos días en Galicia, en la noche del pasado miércoles hubo una falsa alarma de incendio en la zona de San Miguel de Castro. Se desplazaron al lugar para comprobarlo una brigada, un agente y una motobomba.

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