"Desde hoy A Estrada será un referente en agricultura ecológica", dijo la entonces conselleira de Medio Rural, Rosa Quintana, al asistir en la capital estradense, aquel 6 de junio de 2012, a la presentación del proyecto Cernes. Se trata de una experiencia piloto desarrollada entre Galicia y el Norte de Portugal, en cuyo marco A Estrada centró la mayoría de las iniciativas realizadas en el ámbito autonómico. Transcurridos seis años, el balance que realizan algunos productores difiere del que hacen otros. Donde unos ven crecer brotes verdes otros caminan entre brotes secos.

"El proyecto Cernes es un fracaso estrepitoso, poco queda en pie y lo que queda es por el empeño personal de los propietarios que quieren que sus tierras produzcan algo más que zarzas y tojos". Son palabras del portavoz del grupo municipal del BNG, Xosé Magariños, después de que esta formación haya mantenido en los últimos días contactos con productores participantes en un programa ideado para el impulso y desarrollo de acciones productivas en el ámbito rural. Los nacionalistas sostienen que la iniciativa "no es ni será solución alguna" para el rural de A Estrada y anuncian que "no dejarán pasar" un asunto que preocupa a diversos productores locales.

El Bloque recordó que el Cernes contó con un presupuesto de 1.311.000 euros de fondos europeos. "El alcalde de A Estrada era el anfitrión de tan importante evento, de hecho, llegaba con un año de retraso, ya que se trataba de una de las promesas electorales del candidato del PP a las elecciones municipales de 2011", apuntan desde el Bloque. Reconoce este grupo que, a priori, el proyecto "era interesante" y que los propietarios, aglutinados en torno a la asociación Adivupar, "solo tenían que poner los terrenos, el resto de los gastos corrían a cuenta del proyecto Cernes que, a través de la empresa pública Tragsa, plantaría olivos, manzanos, castaños, colmenas de abejas y huerta en esos terrenos". "Según la publicidad de la Xunta, se trataba de un proyecto ecológico y sostenible, que potenciaría el I+D+I y las TIC en nuestro concello", inciden.

Este grupo rememora que no fueron pocos los vecinos de A Estrada que se sumaron a este programa. Cifran en total los 78 propietarios participantes, matizando que también había vecinos de otros ayuntamientos limítrofes, caso de Cuntis, Forcarei, Silleda o Vila de Cruces. Sostienen que todos ellos -trabajadores por cuenta ajena, comerciantes o empresarios- encontraron en esta propuesta una alternativa para tierras sin cultivar, que podrían aportar un complemento al salario o a la pensión.

Sin embargo, el BNG considera que lo que podría servir para dinamizar y dar vida el rural estradense, "se convirtió para alguno de estos propietarios en la peor de sus pesadillas". Algunas de estas personas contactaron con esta formación política para "dar cuenta de la situación real y actual del proyecto estrella del alcalde de A Estrada a la altura de 2011".

Xosé Magariños explicó que los representantes nacionalistas tuvieron ocasión de visitar en la tarde del pasado jueves algunas plantaciones de olivos, castaños, manzanos e instalaciones de colmenas en el municipio realizadas al abrigo del Cernes. "El panorama no puede ser más desolador", expresó. Dijo el edil que la principal queja trasladada por los propietarios estriba en el "total abandono por parte de la Xunta de Galicia y el escaso asesoramiento técnico que recibieron". "Hay plantaciones de olivos y castaños que fracasaron estrepitosamente", apuntó el concejal, subrayando seguidamente que tuvieron que ser replantadas por los propietarios asumiendo ellos mismos todos los costes. "Y a esto tenemos que añadirle el prometido 30% de mejoras que tuvieron que pagar a mayores en la mayoría de los casos, que se hicieron no se sabe dónde, pero desde luego no en las fincas del proyecto Cernes de A Estrada", apuntó.

El Bloque llevó el asunto al Parlamento Galego pero, según manifestó su portavoz en A Estrada, "el director xeral de Política Forestal de la Xunta no aclaró este turbio asunto, derivando toda la responsabilidad a la gestión de Adivupar, que también tendrá que dar explicaciones ante sus asociados".

Esta formación, que lamenta la falta de "estudios previos de viabilidad" de estos cultivos, convocará en las próximas semanas una reunión con los propietarios afectados y el diputado Daniel Rodas para valorar conjuntamente la posibilidad de emprender iniciativas "para esclarecer este asunto". "Es lamentable que se dilapide el dinero público de esta forma, sin control de ningún tipo pero lo peor es que se perdió una nueva oportunidad para dinamizar nuestro rural", apuntó.

Proyecto piloto

Por su parte, la presidenta de Adivupar, Marisé García, quiso poner ayer el acento en que el Cernes es un proyecto piloto y, por tanto, de carácter experimental. "Se apuntaron voluntariamente y con conocimiento de causa", dijo en relación a los productores. Señaló que a todos ellos se les informó previamente. Subrayó que se trata de una experiencia que está funcionando en toda Galicia y en el norte de Portugal, aunque A Estrada concentre buena parte de las plantaciones.

García señaló que los manzanos ya se sabía cómo funcionarían, aunque no así en el caso de los olivos, una plantación "experimental a todos los efectos" en esta zona. En cuanto a los castaños, señaló que la altitud inferior a los 500 metros influye negativamente en este tipo de cultivo, exigiendo plantas injertadas que no siempre salen bien. Reconoció problemas en algunas fincas de olivos y castaños que, precisó, se están intentando solucionar.

"Cualquier producto agrícola precisa de cuidado. A todo el mundo se le dijo cómo proceder", apuntó también la presidenta de Adivupar, que recalcó que esta asociación simplemente actuó como intermediaria entre los productores y la Administración. Marisé García también hizo hincapié en que "en todo momento la asociación atendió cualquiera de las reclamaciones y las transmitió a la administración, que respondió dentro de sus posibilidades".