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Luis Verde Remeseiro: "Cuando la gente critica el sistema sanitario es porque lo valora y quiere mantenerlo"

"Haciendo gestión me siento absolutamente médico, clínico, colaborador y partícipe de la asistencia sanitaria"

Luis Verde posa en su despacho del Complexo Hospitalario de Santiago de Compostela. // Xoán Álvarez

-¿Cómo se mantiene vinculado a su tierra natal cruceña?

-Desde siempre he procurado mantenerme vinculado a Piloño, que es donde nací, y donde tengo a mucha familia viviendo allí. Aunque yo hace años que ya no resido allí, siempre mantuve el vínculo de niño, de adolescente y luego de adulto con mis propios hijos, con los que seguimos visitando el pueblo pasando los fines de semana que podemos con la familia.

- ¿Le gustaría poder retirarse en Cruces o tiene otros planes para su vida persona y profesional?

- La verdad es que pienso poco en la jubilación porque tengo muchísimas ganas de hacer cosas y muchos proyectos. Lo que sí espero es poder compatibilizar esos proyectos y ese trabajo con estancias también en Vila de Cruces, y en Piloño en particular. Sí puedo decir que es un parroquia donde se puede descansar de una manera extraordinaria.

- Supongo que como cruceño, será un amante de las Bellas Artes, de la música y el arte, entre otras disciplinas, ¿o no?

- Sí que me gusta mucho la música, aunque tengo los oídos un poco enfrentados. No es una de mis habilidades pero sí la valoro y la aprecio. Me consta que somos una tierra de buenos y de grandes músicos. Eso es extensible a toda la comarca. Nuestra Banda de Música de Merza es de reconocido prestigio nacional e internacional porque me consta que sale mucho fuera de nuestro país.

- Como gerente del CHUS, ¿qué le gustaría dejar como huella de su gestión en la comarca dezana?

- Sobre todo, me gustaría que vecinos y la gente de la comarca que de alguna manera se sintieran más próximos a mí, y que se sintieran orgullos del trabajo para el Deza, que también, si no del trabajo que haya podido hacer en el conjunto del área sanitaria de Santiago en la línea de mejorar la asistencia sanitaria de la población, y de proporcionar una pequeña mejora en la calidad de vida de las personas de toda esa maravillosa comarca dezana.

Tiene a su cargo la extensa área sanitaria de Santiago de Compostela, que engloba la de Deza y Tabeirós-Montes. Luis Verde Remeseiro asegura "ejercer de cruceño" en todos los ámbitos de su vida personal y profesional, y no perder de vista su tierra cuando de cuestiones sanitarias se refiere. El gerente del CHUS hace un alto en su siempre atestada agenda para hablar sobre todo ello para FARO DE VIGO.

-¿Por qué un médico de profesión prefiere la gestión sanitaria al contacto con los pacientes?

-Yo ante todo, y siempre lo hago, me gusta definirme como médico. Y yo he llevado a cabo tarea asistencial de manera importante, pero entiendo que también la labor de gestión es una labor, además de necesaria, extraordinariamente importante para facilitar la asistencia y la atención de los pacientes. Por lo tanto, yo haciendo gestión me siento absolutamente médico, absolutamente clínico y absolutamente colaborador o partícipe de la asistencia sanitaria. Insisto, yo he dedicado etapas de mi vida puramente asistenciales que me satisfacen también muchísimo. Sí que me gustaría transmitir el mensaje de que los que hacemos gestión también hacemos asistencia, también contribuimos de otra manera a prestar una mejor asistencia sanitaria. Por lo tanto, la vocación de médico queda perfectamente cubierta.

- Desde su puesto lleva más "bofetadas" que sus colegas de profesión, ¿no?

- El trabajo de los gestores sanitarios es un trabajo que tiene su complejidad obviamente porque estás muy próximo a los pacientes y a los que los atienden de forma directa, que son los profesionales. Por lo tanto, también estás muy próximo a los problemas del día a día de las personas y de los profesionales. Es verdad que una bofetada que otra uno se lleva de vez en cuando, pero te puedo garantizar que supera con creces el número de satisfacciones o de resultados que uno tiene. Por lo tanto, algún sin sabor que otro hay, como pasa también en las consultas cuando las cosas no evolucionan bien. De todas formas, con diferencia lo superan las alegrías o las cosas digamos positivas que te suceden.

- Como cruceño y dezano ¿presta una atención especial a esta comarca desde su puesto?

- Nuestra gerencia de Santiago es muy grande, y abarca más que el complejo hospitalario en sí, con sus cuatro hospitales, el de O Barbanza y 72 centros de salud y, por lo tanto, hay muchas necesidades que atender. Es verdad que uno tiene su corazoncito, y cuando surge un problema, una cuestión o un asunto de Vila de Cruces, Silleda o de algún ayuntamiento de Deza, uno siempre como que abre un poco más la oreja y pregunta qué pasó. Obviamente, tenemos la obligación de preocuparnos por todo el mundo, pero ese corazoncito yo lo tengo, y cuando hay cosas que afectan a esta zona de alguna manera quieres resolverlas mejor o un poquito más rápido. Es algo inevitable, y pienso que a todo el mundo le pasa.

- ¿Piensa que los gallegos somos muy quejicas o todo lo contrario?

- Mi experiencia, y como dezano y como cruceño, mi idea de los gallegos es que somos extraordinariamente trabajadores y, también, extraordinariamente responsables con los medios que se ponen a nuestra disposición para ser atendidos, y con el uso adecuado de ellos. Yo soy de los que dicen que la gente cuando acude a vernos a nuestros dispositivos asistenciales, viene por algo. No hay que pensar que la gente viene por otra cuestión. Siempre la gente acude por algo en concreto. Sí que es verdad que somos gente, y yo me incluyo, trabajadora, responsable y gente que valora los medios que tiene a su disposición. Y eso es algo que puedo decir con conocimiento de causa después de muchos años trabajando en el sector sanitario.

- Sin embargo, el sector en Galicia se encuentra algo denostado. ¿Se trata de un crítica fundada? ¿Le llega esa sensación de la calle?

- A mi me llegan los problemas y las necesidades, como no puede ser de otra manera. También te digo que me llegan muchísimas muestras de satisfacción con nuestro sistema sanitario. Y esto es así. Y la gente cuando es atendida con problemas serios de salud esto lo valora muy positivamente. Mi sensación es que nosotros, la ciudadanía, valoramos en mucho nuestro sistema sanitario y las prestaciones que recibimos. Por lo tanto, estamos muy dispuestos a evidenciar aquellas dificultades con las que nos encontramos porque lo valoramos, lo apreciamos y queremos mantenerlo. Cuando la gente hace alguna crítica, hay que pensar que lo hace porque valora mucho y muy bien el sistema, y lo que quiere es ayudarle. Esta es la lectura que hago yo porque la realidad es que contamos con buenas infraestructuras, de profesionales cualificados, que deben derivar en mejores resultados. Nuestra supervivencia, que algo tiene que ver el sistema sanitario en ello, tiene una esperanza de vida extraordinariamente alta. Estamos superando los 84 años. Por lo tanto, el sistema es bueno, está bien valorado y la población nos evidencia esas necesidades o mejoras que podamos hacer nosotros.

- ¿Estamos mal acostumbrados en este sentido, como dicen algunos?

- Yo no diría tanto. Lo que diría es que tenemos grandes expectativas puestas en nuestro sistema sanitario porque le pedimos mucho, que nos resuelva problemas muy difíciles de solucionar. Si no valorásemos nuestro sistema pensando que nos resuelva los problemas, nos daría igual e iríamos a resolverlo a otro lado. Esto es así, sin duda alguna.

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