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El Tecor de Dozón aborda medidas para el control del jabalí con agentes de la Xunta

Entiende las quejas de los ganaderos, pero añade que solo puede actuar "dentro de la legalidad que marca Medio Ambiente" -La Sociedad de Lalín carece de avisos por daños

Daños del jabalí en una finca destinada a pradera en una parroquia de Dozón.

El presidente del Tecor de Dozón, José Rodríguez, se reúne esta mañana con técnicos de Medio Ambiente para buscar medidas de control sobre los intensos daños que produce el jabalí en las praderas y cultivos de este municipio. En diversos enclaves ya se practicaron las actividades disuasorias que marca el protocolo, pero no dieron resultado.

Rodríguez explica que "estamos colaborando con los ganaderos. La Xunta nos dio permiso a los cazadores a desencamar los jabalíes", primero con perros atrelados con cuerdas y después con los canes sueltos, pero en ambos casos sin armas. Entre el sábado y el domingo, se levantaron en torno a 60 piezas, "pero al día siguiente los vecinos nos dicen que los animales vuelven a estar en el mismo sitio. Saben que yo estoy a su disposición, pero solo puedo hacer lo que la norma me permite". El protocolo de la Xunta también contempla, si el desencame no funciona, realizar esperas nocturnas. Pero en estas esperas se permite matar solo a los machos o a las hembras que no llevan crías, "cuando todos sabemos que los daños más grandes se producen con hembras acompañadas de manadas". Rodríguez, en su momento, le propuso a Medio Ambiente que se pudiese disparar contra alguna cría para así ahuyentar a la madre y al resto de jabalíes inmaduros, pero la Xunta insiste en que esto es ilegal, ya que no se permite matar crías.

Los cazadores de Dozón no entienden por qué Unións Agrarias carga contra ellos, cuando debería exigir compensaciones por daños a la Xunta, vista la política que desarrolla. "Hay un animal que no podemos custodiar, por lo que Medio Ambiente tendrá que hacerse cargo de los daños, no nosotros", reitera. Dozón padece, al igual que meses atrás hizo Rodeiro, una auténtica invasión del cerdo salvaje, que escapa de los montes ardidos de concellos vecinos como Ourense. Precisamente, lo que busca el jabalí es monte viejo, donde es difícil que lleguen a consolidarse las especies de caza menor como el conejo o la perdiz. Precisamente, el jabalí es uno de sus mayores depredadores, "pues hurga en las toberas de los conejos y se come los huevos de perdiz", explica José Rodríguez. Así que, mientras la Xunta siga impidiendo que se realicen batidas fuera de la temporada de caza, seguirá siendo muy difícil recuperar la caza menor.

Los daños del jabalí se extienden por el resto de la comarca dezana, aunque con menor intensidad. Desde Lalín, el presidente de la Sociedade de Caza, José Luis Gil, asegura que todavía no ha recibido ningún comunicado de daños por parte de ganaderos ni por parte del departamento que encabeza Beatriz Mato.

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