Un equipo de arqueólogos de la empresa A Citania realiza desde hace días excavaciones en las cercanías de la mámoa de A Rocha, muy cerca de la frontera lalinense con Dozón. Los trabajos responden al encargo de un particular que promueve una granja de conejos y son de realización obligatoria por la proximidad del yacimiento, que se sitúa a unos 50 o 100 metros de las zonas objeto de intervención.
Se trata, pues, de una actuación preventiva que ha de acometerse para saber si las obras de la futura explotación afectan a restos arqueológicos. Las obras consisten en la realización de sondeos manuales y mecánicos en distintos puntos de la parcela que albergará las dependencias cunícolas. Buena parte de la tareas se centran en la gabia que se abrirá para la acometida del tendido eléctrico que abastecerá a la granja.
Las prospecciones realizadas hasta la fecha no han relevado la presencia de elementos de interés arqueológico, sino simplemente "tierra vegetal", tal como confirma Israel Picón, director de A Citania. "Por ahora no hemos encontrado nada, el resultado ha sido negativo en los diferentes puntos que hemos sondeado", explica el especialista.
Los trabajos todavía se prolongarán durante unos días para llevar a cabo cinco sondeos manuales y el control de la gabia del tendido eléctrico. Luego se realizará un decapaje con ayuda de una excavadora. La metología aplicada es menos rigurosa que la que se aplica en la excavación de un yacimiento arqueológico.
