En estas fechas son decenas los festivales, campeonatos deportivos y demás eventos solidarios que se organizan en la comarca para recaudar fondos económicos y alimentos destinados a las familias con menos posibles. Detrás de estas iniciativas suelen estar o bien particulares muy concienciados o bien colectivos de voluntarios que ya realizan una labor solidaria a lo largo del año. Su papel se ha hecho cada vez más importante desde el inicio de la crisis, hasta el punto de que estas asociaciones se encargan de cubrir las necesidades de un número concreto de familias, sirviendo así de complemento a las que ya atienden los servicios sociales de cada concello.
O Mencer es, sin lugar a dudas, el colectivo de voluntarios con mayor volumen de actividad a sus espaldas. Nació en Lalín en enero de 2012, hace casi cuatro años, con un nombre más que simbólico y de la mano de cinco personas entre las que se encontraba su actual presidenta, Rocío Díaz. Hoy son en torno a 40 personas las que colaboran en tareas como la entrega de alimentos o de fruta, la recogida de no perecederos en el Banco de Alimentos o la impartición de clases de refuerzo escolar. O Mencer tiene además una nómina de socios que colabora económicamente cada uno, dos, tres, seis o doce meses, según las posibilidades de cada uno.
Rocío Díaz calcula que a día de hoy la asociación atiende a 32 familias de forma periódica, a las que se le entregan alimentos todos los lunes. Pero además, se encarga de forma puntual de otras 244 unidades familiares, "a las que damos prioridad según el número de miembros", de modo que si se trata de una familia con niños o con muchos miembros se le dan alimentos cada 15 días, si son tres miembros, cada 20, o si es una única persona, cada 25. "En el programa de Servicios Sociales no entra una familia que tenga casa o piso propio, pero a veces esas personas tienen una hipoteca que pagar y carecen de trabajo, o tienen uno con el que no pueden cubrir todo", señala Díaz. El despliegue del que ahora se encarga O Mencer se ve compensado con la ayuda del Banco de Alimentos, que ha pasado de transferirles comida dos veces al año a una al mes. Cuenta, también, con los paquetes que envía Cruz Roja tres veces al año, y con los perecederos que les entrega el hipermercado Eroski, todos los lunes y jueves. Ya desde sus inicios, O Mencer descartó entregar ropa dado que se cuenta con un fondo suficiente desde el Desván Municipal.
En Lalín también actúa la Fundación Amigos de Galicia, pese a que no tiene un convenio firmado con el Concello -sí existe con Silleda y Vila de Cruces-. La entidad que preside el empresario trasdezano Miguel Villar desde junio del año pasado facilita comida, ropa nueva y material escolar a 22 familias de la cabecera comarcal dezana, así como a otras tantas cruceñas y 20 silledenses, a las que se les hace un reparto una vez al mes. "Nuestra fundación está auditada, así que cada familia, en cada reparto, recibe además un listado de los productos que se le entregan y el valor económico de cada uno de ellos".
Amigos de Galicia se puso en marcha hace casi 30 años, en 1987, y a escala gallega se encarga de casi 10.000 familias de forma regular. "Todas las comarcas fueron muy castigadas por la crisis, aunque en las ciudades se notó un poco más", recalca Villar, quien anuncia que la entidad está abierta a firmar más convenios con concellos, "porque ganan protagonismo, no lo pierden", y ello además les permite mantener una coordinación con los servicios sociales.
Al igual que ocurre con O Mencer, Amigos de Galicia tiene una red de empresas que dona productos de forma desinteresada. En esta nómina se incluye la textil lalinense Florentino (que además es socio de la fundación), el modisto ourensano Adolfo Domínguez o El Corte Inglés. Villar también destaca el compromiso de una carnicería de Lamela y de Frigoríficos Bandeira, que regalan carne de forma periódica.
Y, sin salir de Trasdeza, también es loable la labor que desempeña Cáritas Silleda, que cuenta con un despacho en el salón parroquial desde noviembre de 2013. El sacerdote José Pérez Barreiro se encarga de coordinar los trabajos que realiza la media docena de voluntarios, que se apoyan en otros tantos ayudantes. Cáritas Silleda atiende a 16 familias del municipio, sobre todo a unidades de inmigrantes, que tienen problemas para pagar recibos, el alquiler de la vivienda o medicamentos. Su labor se sostiene con las colectas que se realizan todos los primeros domingos de mes y las ayudas que le transfiere Cáritas Diocesana de Lugo. También recauda fondos con actos solidarios propios o de otras entidades como el colegio María Inmaculada.
