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Dezanos sobresalientes (XXXVII)

Juan Antonio Saco y Arce, padre de la lingüística gallega

El autor de la primera 'Gramática Gallega' está muy vinculado a Lalín, puesto que su padre era natural del Pazo de Bendoiro

Juan Antonio Saco y Arce.

Juan Antonio Saco y Arce, virtuoso sacerdote, distinguido humanista, catedrático, filólogo, poeta inspirado y folklorista y meritísimo humanista, nació en la casa solariega de San Martín de Alongos, ayuntamiento de Toén, provincia de Ourense, el 8 de marzo de 1836; era hijo de José María Saco, farmacéutico, descendiente de la noble casa y solar del Pazo de Bendoiro, en Lalín, y de Justa Arce, también de familia hidalga, hija de Benito Fernández Alonso, cronista de Ourense. Dichos señores de Saco poseyeron las casas solariegas de Ourense, Torre de Puga, Malvedo y Alongos.

Cursó las primeras letras y latinidad en un pueblo cercano al suyo, teniendo siempre las mejores notas y después ingresó en el Instituto de Ourense, donde cursó los estudios de Bachillerato, obteniendo el grado de Bachiller en Artes. En 1851, ingresó en el Seminario de Ourense, donde estudió Teología, con mucho provecho y brillantez, siendo muy apreciado por el obispo Ilmo. Luis Lastra que más tarde fue Arzobispo de Sevilla. De 1854 a 1858 cursó Teología en la Universidad de Santiago, obteniendo varios premios ordinarios y uno extraordinario; con estos estudios alternó los de griego y hebreo, aficionándose desde entonces a las lenguas antiguas que más adelante iban a ser la base y el objeto de sus investigaciones filológicas.

El 9 de diciembre de 1858 fue nombrado interinamente catedrático de griego en Pontevedra, siendo este su primer trabajo en la enseñanza pública. En diciembre de 1861 se ordenó sacerdote, que era su verdadera vocación, en la diócesis de Ourense. En 1862 comenzó los estudios del doctorado en Sagrada Teología en la Universidad Central de Madrid (su expediente se conserva en el Archivo Histórico Nacional) dedicándose al mismo tiempo, particularmente, al estudio del francés, italiano y alemán. En 1866 recibió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Santiago, el grado de Bachiller en Filosofía y Letras.

En 1862, convocadas las oposiciones a varias cátedras de latín y griego en diferentes institutos, obtuvo el número uno entre más de veinte opositores y teniendo derecho a elegir instituto, escogió el de Ourense, para donde fue nombrado y donde impartió enseñanza hasta el final de su vida.

Con la llegada de la Revolución de 1868, se exigió a los profesores que jurasen la Constitución liberal y laicista. Saco y otros, creyendo que no podían hacerlo con plena libertad de conciencia, renunciaron a sus cátedras, o más bien, fueron separados de las mismas, sin tener en cuenta que nunca y menos en una época que se decía de completa libertad, podía de tal modo atacarse la conciencia de los empleados públicos; fue doloroso perder una posición, adquirida con mucho trabajo, pero estaba tranquilo. Durante la 1ª República, los profesores que no habían querido jurar la Constitución volvieron a sus cátedras y Saco entre ellos, el 11 de marzo de 1873, encargándose de la cátedra de Retorica y Poética hasta su fallecimiento. Sus servicios como profesor fueron de trece años, cuatro meses y veintiséis días. Además de las cátedras que desempeñó en propiedad por nombramiento, sustituyó a otros profesores del instituto de Ourense, en el que también figuró algún tiempo como secretario y director. En 1878 obtuvo un premio por sus méritos como profesor y el aumento de 250 pesetas en el sueldo que percibía anualmente.

Principales méritos

Los principales méritos como literato los obtuvo como filólogo, demostrándolo con varios escritos originales, por lo que, a propuesta del insigne prosista Juan Valera, el ilustre estadista Antonio Cánovas del Castillo y el gran literato y autor dramático Eugenio Hartzenbusch, fue nombrado, sin solicitarlo, el 23 de marzo de 1872, individuo correspondiente de la Real Academia Española.

Entusiasta por los estudios filológicos y gran amante de Galicia, quiso dejar a su tierra amada una gramática de la que venía careciendo; en 1868, dio a la luz la primera y notabilísima Gramática Gallega, editada en Lugo por el impresor Soto Freire, gramática clásica e insustituible hasta el presente; fue el primer intento serio de dotar al idioma gallego de fundamento y reglas para su perfecto estudio. Con la aparición de su Gramática la lengua gallega comenzó a cobrar la personalidad que le correspondía, enriqueciéndose y reivindicándose. En el prólogo se queja "del desdén e innoble menosprecio que los mismos hijos del país, arrojan sobre el habla de sus mayores". Parece que también tenía preparada para ver la luz algunos trabajos sobre lengua griega y dejó inédito un tratado de sintaxis castellana. En 1876, publica un admirable estudio sobre la Poesía gallega contemporánea y sus defectos más comunes, en El Heraldo, periódico ourensano que dirigía Valentín Lamas Carvajal y prologa el libro Versos en dialecto gallego, de su amigo José Pérez Ballesteros.

Escribió poesía lírica, como poeta unía una exquisita inspiración, un depurado buen gusto y cantó en bellas estrofas, los más puros afectos y los más nobles sentimientos. Sus poesías escritas en castellano unas y en gallego otras, son todas de un profundo sabor clásico; las coleccionó en el año 1878 (Ourense) en un volumen, con el título de Poesías, dividido en tres partes: poesías varias, místicas y gallegas. Casi todas las poesías eran castellanas, solo compuso nueve en gallego, sobresalen A Primaveira y Arrepentimento y sus traducciones del Stabat Mater, O Sol Salutis Intimis y Miserere Mei, Deus.

Notable folclorista

Fue también un muy notable folklorista, diligente y culto, que prestando un importante servicio a la literatura gallega, dejó una preciosa colección de cantares, coplas, diálogos, villancicos, refranes, cuentos y romances populares, que bajo el título de Literatura popular de Galicia, comenzó a publicar en Ourense en 1881, pero solo salieron a la luz unos cuantos pliegos, quedando interrumpida la edición por su fallecimiento. Desde 1910 a 1912 reanudó su publicación, Boletín de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia de Orense, recogiendo unos mil cantares, precedidos de un extenso prólogo del autor, y más tarde se publicaron algunos de los cuentos que él mismo había arreglado y puesto en castellano.

En 1881, encontrándose gravemente enfermo, los médicos le aconsejaron un viaje por mar, lo emprendió, visitando a los familiares, repartidos por toda España y varios puertos y el santuario de Nuestra Señora de Lourdes. A los cuatro días de volver a Ourense murió y Galicia perdió un celoso cultivador, un miembro ilustre, un virtuoso representante y un hijo amantísimo. Falleció en Ourense el 14 de septiembre de 1881, después de una enfermedad de tres largos años, que sobrellevó con ejemplar y santa resignación, sin abandonar el trabajo un solo día, perfeccionando y preparando nuevas obras. La posteridad lo consagró como una de nuestras más puras glorias regionales no tanto por la cantidad de su labor, como por su calidad verdaderamente admirable.

Como hombre, dice Fernández Alonso, que lo conoció y trató, que su modestia y humildad, la bondad de su corazón, su caridad y sentimiento de ternura, dejaron indeleble recuerdo en cuantos han tenido la fortuna de honrarse con su delicioso trato. El 12 de septiembre de 1887, por iniciativa de Manuel Pereira Rey y por suscripción popular y bajo la presidencia de Emilia Pardo Bazán, fue colocada en la casa en que murió en Ourense, una lápida, que decía: "Aquí vivió y murió el poeta insigne don Juan Antonio Saco y Arce autor de la Gramática Gallega".

(historiadeza.wordpress.com)

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