Para quienes tienen poco o ningún espíritu navideño, la cuesta de enero comienza en diciembre. Aunque ya en estos días la cartera se resiente, lo de llevar la celebración de estas fechas señaladas del año en privado se hace, más que cuesta arriba, misión imposible. La Navidad está ya por todas partes. En cada rincón de A Estrada hay algún elemento decorativo que sustituye sin palabras a la frase que ya en nada se dirá tras cualquier despedida: ¡felices fiestas! Si la Navidad tiene férreos defensores y no menos duros detractores, en la forma de celebrarla hay para todos los gustos. Tallas y colores.
Lejos quedan ya los tiempos en los que la llegada del mes de diciembre hacía temblar a las coníferas más cercanas. Y no era para menos. Ser pino o abeto en estas fechas era, al cambio, como ser pavo en Acción de Gracias. Con el paso de los años, la versión artificial del tradicional árbol de Navidad se coló en los hogares y la vanguardia en el diseño se encarga de hacerlo cada vez menos típico. Aunque los amantes de lo clásico en lo que a ornato navideño se refiere siguen aferrándose a las bolas y el espumillón, cada vez son más los que tiran de ingenio para decorar o representar este símbolo de la Navidad.
Dejando al margen la originalidad que pueda esconderse en el interior de cada hogar, basta un paseo por A Estrada para descubrir propuestas bastante diferentes del pino o abeto navideño. Cada vez son más los hosteleros y comerciantes que se afanan por decorarlo de un modo más llamativo. Algunos apuestan por piezas de un color que nada tiene que ver con el verde natural y tradicional, mientras que en otros lugares el árbol luce sobre el vidrio del escaparate en doradas láminas de vinilo.
Un denominador común en muchos establecimientos esta Navidad es apostar por un abeto que se mimetice con el negocio en el que se instala. De este modo, en el desguace Meilán, situado a pie de la N-640 puede verse un original árbol conformado con neumáticos. Las piezas han sido pintadas de verde y el "efecto michelín" les permite dar un logrado volumen a esta original creación, coronada un por un cono.
En la librería Marxe, el 'motor' de este establecimiento da también forma a su árbol de Navidad. Un montón de libros estratégicamente colocados van dibujando una forma fácilmente reconocible y coronada por una estrella. Entre las ramas de este particular abeto pueden encontrarse, como no podía ser de otro modo, títulos para todos los gustos.
En Código Digital, una forma de la calle Justo Martínez especializada en diseño gráfico y de páginas web la originalidad la ponen los adornos que cuelgan del árbol, con múltiples referencias a la actividad del establecimiento. El logotipo de redes sociales tan populares como Facebook, el símbolo arroba (@), el carrito que luce para simbolizar la acción de comprar en multitud de páginas web o el CD son algunos de los motivos escogidos para este diseño.
En la tienda de deportes Aurora Sport se apostó por el reciclaje. El árbol de Navidad que luce en su escaparate está elaborado con lo que semeja un palé. Camisetas deportivas sirven de adorno para este abeto de auténtica madera.
En el bar Invictus han apostado este año por dar la vuelta a este símbolo de la Navidad, en sentido literal. Y es que su abeto, en color blanco y con adornos en rojo, está colgado del techo del local. Esta idea da continuidad a la desarrollada por este establecimiento hostelero el año pasando, en el que conformó con bolas un árbol flotante. En esta ocasión el pino luce al revés, de manera que la estrella que lo corona es el motivo más próximo al público.
Otro ejemplo de originalidad puede verse en un establecimiento de reciente apertura en la calle Calvo Sotelo (Kaau's). En este caso son los propios adornos los que conforman el árbol. La acumulación de bolas de diversos colores -aunque con un predominio de los tonos rosas dorados y plateados- hace surgir el árbol de cuyas ramas estarían llamados a colgar estos adornos.
Como en todo lo relativo a decoración, es cuestión de gustos. En todo caso, la ornamentación navideña se va cada vez más por las ramas par reinventar uno de sus símbolos más clásicos.
