A Estrada acogió ayer la primera reunión de confraternidad de técnicos en activo y alumnos del ciclo de Emerxencias Sanitarias de toda Galicia. Un total de 35 personas procedentes de los puntos más dispares de la geografía gallega se dieron cita en el Samaná en un almuerzo organizado por la base del 061 de A Estrada para que todos estos compañeros de fatigas disfrutasen al fin juntos de una jornada distendida, sin emergencias como las que atienden 24 horas al día, 365 días al año.

En el encuentro había técnicos procedentes, por ejemplo, de los equipos del 061 y del Transporte Programado de A Estrada, Lalín, Silleda, Caldas de Reis, Pontevedra, Vigo, Vilagarcía, Santiago, Vimianzo, A Coruña, Melide, Mazaricos, Cerceda y Carballo. También asistieron alumnos que aspiran a trabajar en el sector y otros que siguen formándose pese a estar ya en la Policía Nacional o el Parque Intercomarcal de Bomberos Deza-Tabeirós-Montes. Además, había personal docente del ciclo en Ourense.

Todos aplaudieron la iniciativa de los efectivos del 061 de A Estrada, que abogaron por que esta cita se consolide en próximos años pero en septiembre o en octubre para evitar que el puente de la Constitución o las comidas prenavideñas le resten afluencia. Desde la base local del 061, Antón Cerviño valoró que los asistentes se hayan puesto cara y hayan compartido experiencias, inquietudes y conocimientos en un ambiente distendido y alegre alejado de los foros oficiales o escenarios tensos y dramáticos en los que suelen encontrarse. No obstante, esperan que en próximos años esta jornada gane muchos más adeptos entre los aproximadamente 2.000 técnicos en emergencias existentes en Galicia.

También el vigués Harry Romero deseó que el encuentro de ayer siente las bases de una cita anual que se consolide y gane adeptos. Por su parte, Jorge Roca, del 061 de Lalín, puso en valor la iniciativa de sus homólogos de A Estrada. Y mientras que estos señalan que A Estrada es "un buen sitio", céntrico, para celebrar futuras citas anuales, el personal del 061 de Lalín propone que la próxima vez que confraternicen lo hagan en torno a un cocido, en tierras del Deza.