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El párroco de Soutelo durante los últimos 51 años se jubila por prescripción médica

Muy emocionado, José Pérez se lo anuncia a los feligreses en la misa del domingo - Le sustituirá el peruano Saúl Retamozo, que también asumirá Pardesoa, Ventoxo y Folgoso

Imagen de archivo de José Pérez Bértolo, delante de la iglesia de Soutelo. // Bernabé / Luismy

José Pérez Bértolo, el que fuera párroco de Soutelo de Montes durante los últimos 51 años y arcipreste de Montes, se jubila por prescripción médica. Su delicada salud -hace pocos meses le pusieron un marcapasos- le exige un descanso incompatible con el fuerte ritmo de trabajo que le exigía atender a las parroquias forcaricenses de Santa María Magdalena de Soutelo de Montes, San Nicolás de Ventoxo y Santiago de Pardesoa así como a la cerdedense de Folgoso.

Ahora le toca cuidarse. Y el domingo dio su última misa en Soutelo. Allí, muy emocionado, Don José -nombre con el que los feligreses le conocen- hizo pública su decisión de dejar la labor pastoral que venía realizando para descansar y cuidarse.

El sacerdote ya les anticipó quién le relevará. Será Saúl Retamozo, un sacerdote peruano que desde agosto ya atiende las parroquias forcaricenses de Aciveiro, Dúas Igrexas, Pereira y Quintillán. El próximo fin de semana ya ejercerá como sacerdote en las nuevas parroquias que le han sido encomendadas. Procedente de la Diócesis de Guancavelica, en Perú, llegó al municipio forcaricense en el marco de un convenio temporal entre los Arzobispados de Guancavelica y el de Santiago de Compostela. Para él, según explicó ayer, es un destino "temporal". Quiso tener una "experiencia" diferente en la Iglesia, que es "universal". Para él es "nuevo" todo lo que se está encontrando en el municipio forcaricense. La población con la que trata es muy diferente a la que está acostumbrado a tratar en su país. Allí hay "mucha juventud y muchos niños". En Forcarei, en cambio, la población predominante es la de avanzada edad. Aun así, su "aprendizaje" está siendo muy provechoso. "El hombre se adapta a todo", explica. Y los feligreses con los que se está encontrando en el municipio forcaricense "son gente maravillosa". Se toma el encargo de llevar también las parroquias de Soutelo, Ventoxo, Pardesoa y Folgoso "con alegría" y mucho ánimo pues su intención es cumplir con su labor pastoral y esta consiste, precisamente, en "servir".

Esta perspectiva entronca con la que José Pérez Bértolo mantuvo durante las más de 5 décadas que ejerció como párroco de Soutelo. Ayer mismo explicaba que "me centré en servir y me olvidé de mí mismo. Lo doy por bien empleado". Pero ahora le toca hacerle caso a los médicos, que le aconsejan descansar. Tiene el "corazón muy achicado". Por eso, aunque siente "mucho dejar a esta gente" -los parroquianos de Soutelo, Ventoxo, Pardesoa y Folgoso, a quienes considera su "familia"- ha decidido jubilarse. Ya tiene 81 años. "Voy camino de 82", señala, y acumula 51 años de servicio en esta zona y otros 4 en destinos anteriores.

Para él dejar su labor pastoral en la zona implica también cambiar de domicilio. Dejará la rectoral de Soutelo, cuya construcción promovió en colaboración con los vecinos a finales de los años 60. A partir de ahora vivirá a caballo entre la casa de sus padres en Presqueiras y el piso que posee en Pontevedra. Ya ha empezado la mudanza y, con ella, le afloran los múltiples recuerdos de toda una vida en la que se implicó en cuestiones de fe pero también de infraestructuras de interés para la zona. Promovió pistas para el rural y traídas de agua para los pueblos. También se puso al frente de la reparación del cementerio, del salón parroquial en la capilla de San Roque y de la capilla de Trasdomonte del Santo Cristo da Luz.

Ahora cede el testigo a un sacerdote "joven". "La gente requiere atención y servicio", que es lo que "merecen" quienes han sido sus feligreses hasta el momento. Él no se encontraba con fuerzas para continuar. Tal vez hubiera podido seguir atendiendo solo a dos parroquias pero "no sabía cuáles dejar". Le quiere "mucho a todas" y a sus vecinos. No quería hacerles "un desprecio" a ninguna de ellas. Por eso, y porque necesita cuidarse, se va.Ahora bien, a los sacerdotes que se ocupan de Forcarei y Cerdedo ya les ha dicho que cuando necesiten un refuerzo puntual, allí estará. Seguirá con la vocación de servicio que le ha guiado durante décadas.

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