Desde ayer y hasta el 30 de este mes, los vecinos de la comarca dezana tienen un motivo más para visitar A Bandeira, porque el centro cultural Vista Alegre acoge una exposición con motivo del 85ª aniversario de su puesta en marcha. Pero en 1930 el edificio comenzó a funcionar no como centro lúdico, sino como una escuela auspiciada por los emigrantes en Argentina. Mantendría esta función hasta la década de los 70, cuando la Sociedad pro Escuelas en Bandeira cedió el inmueble al pueblo, con la condición de que nunca se destinara a fines políticos, religiosos o mercantiles. Ayer, los vecinos más veteranos de A Bandeira volvieron de forma simbólica a las aulas en las que aprendieron a leer y escribir. Y lo hicieron acompañados de la única docente que todavía vive y que impartió clases en el inmueble. Las salas del centro cultural incluyen fotografías, libros de actas, placas material escolar y otros objetos que forman parte de la historia reciente de esta villa.

El acto de ayer también sirvió para nombrar como socio de honra al sacerdote jubilado José Espiño Matos, por la importante labor de difusión cultural que viene realizando desde hace décadas. La asociación cultural Vista Alegre, que encabeza Dolores Sangiao, tiene la tutela del inmueble desde 1982, al que desde entonces y a diario llena de actividades.