Uno de los debates más encendidos en la sesión estuvo motivado por la moción del BNG que instaba al gobierno a regular la gestión del local social de Piloño para que pudiese ser utilizado por todos los colectivos. En la actualidad, el Concello cedió su gestión a la asociación de mujeres de Piloño por cinco años, para que este colectivo pudiese percibir una partida. Otero defendió que "realizamos locales en las 28 parroquias y se los entregamos a los colectivos para que los gestionen". Argumentó que en el caso de Piloño, la asociación debe garantizar el perfecto estado del material con revisiones periódicas.

Gobierno y oposición se acusaron mutuamente de provocar el enfrentamientos de la parroquia y llegó a intervenir la presidenta de la asociación, que asistía al pleno acompañada de otras integrantes. Defendió que solo se condicionaba la realización de fiestas amparándose en una normativa de mantenimiento de estos locales.