Una comisión formada por miembros de Patrimonio, representantes de la Iglesia y Concello decidirá en los próximos días si da el visto bueno al proyecto de legalización de las obras de ampliación del acceso a la iglesia de Cortegada, que están paralizadas desde el 18 de febrero por afectar al yacimiento arqueológico del Castro do Cura.
El expediente se aborda mes y medio después de que Silleda lo remitiese a la Xefatura Territorial de la Consellería de Cultura. Toda la documentación se sometió ya la semana pasada a un examen en la comisión territorial de Patrimonio., en la que estuvo presente el propio alcalde, según fuentes de la Xunta. Pero se prefiere incluir a la Iglesia en la decisión debido a que tanto el ensanche de la pista -se la quiere dotar de un sendero peatonal, pero por la parte exterior de la misma- como el propio vial se asientan sobre un prado propiedad eclesiástica. De hecho, el vial en si ya afecta al antecastro.
La revisión del expediente no implica que se paralice otro proceso, el de una sanción económica contra el Concello o contra el alcalde por haber comenzado las obras sin la autorización previa de Patrimonio. En este caso, el informe se incoó por la vía de urgencia nada más conocerse que el pleno del 26 de marzo había decidido retomar las obras, con el voto de calidad del alcalde y tras haber expulsado del salón de pleno al portavoz del BNG, Matías Rodríguez da Torre. Según indican fuentes cercanas a Patrimonio, la obra de Cortegada, al igual que otro trabajo realizado en condiciones similares, puede ser legalizada pero también sancionada, o bien retirarse esa multa.
En cualquier caso, es evidente que la postura del Concello de Silleda en este asunto ha dado un vuelco. Pese a aprobar en el pleno mencionado el reinicio de las obras, amparándose en el silencio administrativo de Patrimonio sobre la conveniencia o no de anular la suspensión cautelar de los trabajos, los cierto es que durante estos más de dos meses las máquinas de la empresa adjudicataria no han vuelto a la zona.
Protección
El Castro do Cura sí aparece como cónclave a proteger en el nuevo Plan de Urbanismo, aprobado de forma provisional en 2012 pero todavía en trámites. Por eso, Silleda ejecutó estas obras amparándose en el anterior PXOM, de 1981. Un total de 200 firmas de vecinos de la parroquia respaldan esa necesidad de retomar los trabajos para mejorar el acceso al templo. Mientras tanto, desde los colectivos Cova Crea y Petón do Lobo se consiguió que este bien arqueológico se incluyese en el Inventario Xeral de Patrimonio Cultural que maneja la Xunta.
