"En mi salón tengo 35 esculturas y 35 cuadros... Es un museo", bromea. Sigue admirando el arte pero cada vez le apetece menos ir a ver exposiciones porque en el ámbito artístico "hay mucha corrupción" y "en las galerías hay mucha historia". A menudo, para exponer pesan más las amistades que la calidad y eso disgusta a Encarnación Penelas. Ella, aun alcanzando renombre, admite que las obras que vendía no le llegaban ni "para pagar el piso". Fue artista "por amor al arte". No obstante, fue "muy gratificante". "Disfruté con ellas pero para eso tienes que sentirlo" y ahora, cuando acaba de cumplir 80 años, ya no le apetece crear. Sigue disfrutando con el arte, admirándolo, pero no volverá a crear. La ilusión de sus primeros años como artista se fue "enfriando". Le apena ver que ya faltan muchos de sus conocidos: Laxeiro, Ana Legido, Sucasas o Lago Ribera.Pero le reconforta recordar aquellos "maravillosos años".