En torno a un centenar de personas participó ayer en la segunda comida de confraternización de la parroquia de Fontao, en Vila de Cruces. La velada, al igual que la que se celebró el pasado mes de diciembre, tuvo lugar en el local social del poblado minero y su protagonista indiscutible fue un cocido, tan propio de estas fechas. Pequeños y mayores disfrutaron de una jornada que sirvió no solo para sentarse ante un buen menú, sino también para alargar una sobremesa en la que se combinaron las anécdotas con los recuerdos y los proyectos de futuro.