Los 480 kilos de vieira que el pasado martes incautó la Guardia Civil en Caldas contenían toxina y multiplicaban por siete los límetes autorizados, según reconoció un portavoz de la Consellería do Mar e Medio Rural, unos índices que, además de ser un delito contra la salud pública, podrían causar a muerte o graves lesiones en el ser humano.

En este sentido, a medida que se acercan las fiestas, la Guardia Civil y el servicio de Gardacostas de Galicia, dependiente de dicha Consellería, intensifican los controles antifurtivismo, así como la presión a las redes organizadas y a los pescadores ilegales. Este seguimiento se hace mucho más necesario en el caso de la vieira, cuya extracción está prohibida desde enero debido a la presencia de biotoxinas marinas (marea roja) que impiden su manipulación y venta. Ni siquiera se permite para proceder a la evisceración antes del consumo, ya que incluso retirándole el hepatopáncreas, donde se concentra la mayor cantidad de toxina, el consumo resulta peligroso para la salud pública si persisten los niveles actuales de toxicidad.