Poco antes del mediodía el campo ferial de Río, en Rodeiro, comenzaba a ser un hervidero: la asociación de vecinos se afanaba en colocar los servicios para los asistentes a la Festa da Fartura –más de un centenar de comensales– así como en preparar el delicioso menú, a pesar del calor reinante: empanada de torreznos, pollo y conejo á brasa y porco ó espeto, además de torrijas, requesón con miel, vino, sangría y agua.

Mientras, los vecinos del lugar así como los visitantes más madrugadores aprovechaban para visitar los puestos y las cafeterías del lugar. La decena de stands de la novena Feira Camba Sustentábel incluían, cómo no, representación local. Un año más, las galletas marineras Daveiga –de factura chantadina pero con socios rodeirenses– ofrecían su exquisita calidad a todos los paladares, mientras el zoqueiro de Merza también mostraba su buen hacer en este arte. Sobre carros de madera se exponían productos tan variopintos como botellas de cristal decoradas con el nombre de este evento gastronómicos e ideales para licores, así como pulseras y abalorios en piel o, incluso, sombreros de paja para protegerse del sol y todo tipo de aperos de labranza. Entre los vendedores, un matrimonio lucense –ella, de la ciudad de las murallas y él, de Ribadeo– convertía su puesto en el más visitado del lugar dado que, además de vender curiosas matrioskas –muñecas rusas huecas que dentro albergan una de menor tamaño– también ofrecían al público hierbas aromáticas con amplios poderes curativos. Estos saquitos pueden meterse al microondas entre uno y dos minutos para, gracias al calor, aliviar tanto dolores cervicales como de oídos y muelas. En frío –entre una y dos horas en el congelador– son una alternativa, según sus vendedores, a las migrañas e insolaciones.

Ventas al margen, a eso de las 15.00 horas comenzó la X Festa da Fartura, con actuaciones musicales incluidas y que se prolongaron hasta casi el atardecer.