La industria lucense Leche Río retomó durante la tarde de ayer la recogida de leche en 32 ganaderías de la zona de Silleda, después de suspender la ruta por los sabotajes producidos en el municipio dezano, así como en Frades (A Coruña) y Guntín (Lugo). La empresa, que también sufrió otro ataque en un tanque vacío en el concello lucense de Palas, suspendió su actividad en los tres trayectos mencionados "ata que non se nos garanta a seguridade para que o producto chegue á fábrica", según manifestaba el responsable de ventas de la firma, Xosé Manuel Reguera. En idéntica actitud se manifestaba, durante la mañana de ayer, el presidente de la firma, Jesús Lence Ferreiro, quien conminaba a que los propios ganaderos "se organicen para proteger la recogida".

La propuesta de la transformadora fue aceptada por una decena de productores en Trasdeza, que se comprometieron a acompañar el camión a lo largo de la ruta y hasta su llegada a la fábrica. Idéntica decisión tomaron, a última hora de la tarde de ayer, los productores de Palas de Rei, por lo que desde la industria se estaba a la espera de que Mesía y Frades pusiesen en marcha un sistema similar de custodia. Durante la tarde, inspectores y transportistas mantenían reuniones con los ganaderos. En los cuatro concellos mencionados, Leche Río recoge unos 95.000 litros de leche diario, de los que, de continuar la suspensión, quedarían sin retirar alrededor de 75.000.

El sabotaje contra esta transformadora producido durante la jornada del jueves se debe a la decisión de esta industria de bajar entre 10 y 11 céntimos por litro el precio que se les paga a los ganaderos, y que se volvería a repetir en los recibos de marzo y abril. Ello, según los sindicatos, supondría una pérdida de más del 60% de la rentabilidad que obtenían hasta ahora, y para Lence Ferreiro ataja con un "nosotros lo que tenemos que pagar es la leche a precio de mercado". En cualquier caso, los tres sindicatos agrarios reprueban los más de 50.000 litros de leche vertidos en protesta por dicho anuncio.