La empresa Yatecomeré, dedicada a la elaboración de comida preparada y ahora instalada en el polígono de Cabanelas, en Ribadumia, prepara su desembarco en el parque empresarial de Barro, después de adquirir a la Diputación, hace escasas semanas, dos parcelas que suman unos 5.545 metros cuadrados. El objetivo es fortalecer su producción y llegar a una capacidad que multiplicaría por cinco a la actual, de modo que los 2.000 kilogramos diarios se elevan a unos 10.000 de croquetas, pasteles, patatas fritas, carnes y asados, postres, salsas y otros productos de alta calidad y envasados al vacío.
Al menos así se detalla en la memoria ambiental elaborada por esta compañía y que acaba de exponer al público la Xunta para tramitar el proyecto de estos empresarios de O Salnés, que comenzaron allá por 2010 y que ya han dado el salto internacional, con contactos en Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Alemania, Portugal o México. De hecho, a este último país acudieron en agosto pasado de la mano de la misión institucional-comercial organiza por el Concello de Pontevedra.
Tras aquella gira Yatecomeré destacaba que el viaje permitió a la compañía "conocer a muchos operadores y empresarios de nuestra actividad", y ampliar el radio de contactos en varias ciudades mexicanas. Subrayó además el actual convenio de libre comercio de México con EE UU y Canadá, "lo que supone una vía de entrada a mercados muy importantes", por lo que confían en poder esta operando en la zona a partir ya "a mediados de 2018". Y con ese objetivo, entre otros, se trabaja en la nueva planta de elaboración de Barro. En la documentación expuesta al público por la Consellería de Medio Ambiente se detalla que "los procesos productivos son muy dispares debido a la gran variedad de productos elaborados", entre los que se destacan las "croquetas, las patatas fritas para tortilla, la lasaña o las albóndigas". La previsión apunta a utilizar al menos 2.700 toneladas al año de materias primas como aceites (27.700 kilos), carnes (1,4 toneladas), pescados y mariscos (150.000 kilos), verduras y hortalizas (268.700 kilos) o vinos y vinagres. Todo ello, para alcanzar unas dos mil toneladas de productos elaborados.