Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El libro que pudo ser "Fariña" hace 25 años y que no lo fue

El periodista vilanovés Benito Leiro publicó en 1993 "Un lugar tranquilo", la primera gran crónica sobre el narcotráfico gallego

Benito Leiro, ayer con un ejemplar de "Un lugar tranquilo" // Noé Parga

Nacho Carretero tocó el cielo con "Fariña". Pero el suyo no es ni mucho menos el primer libro periodístico sobre el narcotráfico gallego. A principios de la década de los 90, Perfecto Conde sacó a la luz "La conexión gallega: del tabaco a la cocaína". Y en 1993, el vilanovés Benito Leiro Conde y la editorial Nigra publicaron "Un lugar tranquilo". El propio Carretero afirma de esta última obra que es como una biblia sobre el narcotráfico gallego, y de hecho Benito Leiro le ha acompañado en más de una presentación literaria de "Fariña".

"Un lugar tranquilo" no ha tenido ni una cuarta parte de la suerte de "Fariña". El libro de Carretero se ha convertido en un fenómeno editorial sin precedentes, con serie de televisión incluida, mientras que "Un lugar tranquilo" jamás traspasó las fronteras de Galicia pese a su carácter de primera gran investigación global sobre el narcotráfico gallego y sus indudables cualidades literarias. Hoy, 25 años después de la publicación, "Un lugar tranquilo" está descatalogado y es imposible de encontrar, salvo en librerías de viejo.

Leiro, que fue delegado de FARO DE VIGO en Arousa, está actualmente retirado. Y cree que el éxito de "Fariña" se ha debido a dos factores principales: su calidad, y la suerte. "Cogió el momento más álgido de la popularidad de las series de narcotraficantes, con el éxito de la de Netflix sobre Pablo Escobar, y el narcotráfico volvió a ponerse de moda".

En cuanto a la calidad del libro, el veterano periodista arousano sostiene que "está muy bien escrito , y aunque contiene algunos errores es una aportación honesta de Nacho Carretero a una temática muy compleja". Su opinión sobre la serie, sin embargo, es muy distinta. "La serie tergiversa gran parte del libro. Si fuesen honestos deberían aclarar que no está basada en hechos reales, sino que es una ficción. Porque o los cambios están hechos a propósito o los guionistas están completamente desorientados".

A modo de ejemplo, cita la presentación de José Ramón Prado Bugallo, "Sito Miñanco", que al comienzo de la serie aparece trabajando con Vicente Otero, "Terito", cuando en realidad el cambadés nunca estuvo a las órdenes del tabaquero de Vilanova. "Y ponen a Sito moviendo tabaco y cocaína ya en 1982, cuando en realidad no empezó con las drogas hasta varios años después", prosigue.

Hoy, "Un lugar tranquilo" es un libro de culto y difícil de encontrar. Escrito en gallego y publicado por una pequeña editorial, Leiro cree que en su día no se tradujo al castellano "porque aquel no era el momento". Hoy, un cuarto de siglo después, confiesa que "me encantaría" editarlo de nuevo.

Pero del mismo modo que "Fariña" logró el enorme éxito del que no disfrutaron con sus libros ni Perfecto Conde ni Benito Leiro, ni años más tarde el también arousano Felipe Suárez con su "Operación Nécora +", también entre los novelistas se dio una situación semejante.

Así, mientras el "Todo é silencio" de Manolo Rivas estuvo hace unos años al frente de los libros más vendidos durante meses -con versión castellana y película incluidas-, las novelas de los primeros que transitaron por el tema del narcotráfico apenas se leyeron fuera de Galicia.

Eso sí, obtuvieron prestigiosos premios, aval de su calidad literaria. Es el caso de "Turbo", con la que Miguel Suárez Abel obtuvo el Blanco Amor en 1986. Abel ambientó esta obra en el mundo del contrabando a raíz de una estancia en Vilagarcía, donde trabajó como profesor. Años más tarde, Ramón Caride ganó el Café Dublín con "Sarou", una novela breve que también refleja muy bien las sombras del tráfico de drogas y las miserias de quienes habitan ese mundo. También escribió sobre contrabando y narcotráfico el periodista Carlos González Reigosa, autor, entre otras, de "Narcos" o de "A guerra do tabaco". Él, al menos, sí logró un contrato con una gran editorial española, Plaza & Janés. Todos ellos, periodistas y escritores, abrieron el camino. Pero no era su momento.

Compartir el artículo

stats