Las trabas puestas a la instalación de un camping en O Castelete, en terrenos cedidos por la comunidad de montes de San Miguel de Deiro, en Vilanova de Arousa, pueden provocar que el proyecto se acabe frustrando, una situación que no gusta nada a un grupo de vecinos, que lamentan que se pierdan 30.000 euros anuales. Esa cantidad, consideran, iba a ser muy beneficiosa para la parroquia, lugar en el que debe ser invertida, según la Lei de Montes, y que serviría para dinamizar la actividad social y cultural, "no para asfaltar caminos, que eso es responsabilidad del Concello o de la administración a la que pertenezcan".

Una de las cuestiones que más lamentan son "las formas con las que se está tratando de tumbar este proyecto que suponía una importante fuente de riqueza para la parroquia, ofreciendo un espectáculo lamentable, con amenazas, gritos e insultos, en una actitud muy reprochable por parte de algunas personas". En concreto, señalan a Francisco Charlín, un conocido vecino de San Miguel de Deiro, "cuyas formas durante la asamblea dejaron bastante que desear, enfrentándose con los guardias de seguridad en la puerta, y posteriormente, con los integrantes de la junta directiva de la comunidad, un colectivo al que él no pertenece, ya que no es comunero". Incluso afirman que su actitud estuvo respaldada "por gente que no era ni de la parroquia, sino vecinos de Cambados y Vilanova".

El proyecto del polémico camping suponía una cesión de los terrenos de la comunidad de montes, nunca su venta porque está prohibida por la Lei de Montes, a una empresa durante los próximos 30 años para su gestión, a cambio de unos 30.000 euros anuales. Estos beneficios no serían los únicos, ya que el acuerdo entre comuneros y empresa contemplaba la regeneración de un entorno que se encuentra seriamente degradado, así como la contratación de miembros de la comunidad o familiares cuando las instalaciones estuviesen ya en marcha. Además, los comuneros tendrían descuentos en el uso de la piscina, los kayaks y las escuelas de verano. La junta directiva consideró muy interesante la iniciativa para revitalizar toda esa zona, pero se encontró con una fuerte oposición vecinal en la asamblea que celebró el pasado 8 de octubre en la casa da cultura de San Miguel de Deiro. La asamblea fue muy tensa y la crispación que en ella se respiraba obligó a la junta rectora de la comunidad a suspender el punto antes de que se llegase a un acuerdo.