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El "xeito" contra la "traíña", motín en Vilaxoán

Un conflicto iniciado en el siglo XIX en la ría de Vigo que se extendió a principios del XX por la de Arousa

Descargas de la flota del xeito en Vilaxoán. // Iñaki Abella

El arte del xeito estaba fabricado con hilo de algodón fino y de gran resistencia, y la embarcación era larga y estrecha, habiendo sido autorizada en el Cantábrico desde el año 1883, siendo en 1896 cuando llegan a Vivero, para extenderse a A Coruña al año siguiente. Y cuando en 1897 aparece la primera traíña en la ría de Vigo es cuando se inician los conflictos que seguirán hasta principios del siglo XX.

¿Por qué se iniciaron y también llegaron a Arousa? Esencialmente el arte del xeito era artesanal, y en cada lance podía capturar de dos a diez millares de sardina, mientras que la traíña era "generalmente de 5 a 20 millares, y el mayor puede llegar a 100", según testificaba un informe de la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago. Además mientras que el xeito solo podía efectuar cada día un ciclo pesquero, casi siempre al anochecer o amanecer, las traíñas "hacen varias largadas al día, según la importancia de la pesca lo requiera". Lo que significaba que además de una captura superior, podía realizar mayor número de ciclos al día con rendimientos más elevados.

Como además no se necesitaba un capital demasiado elevado para poner en marcha la traíña, los conserveros se decidieron por este arte y empezaron a comprar traíñas y a apoyar su adquisición por marineros particulares o sociedades constituidas al efecto.

Era, en definitiva, la lucha entre una forma de pesca artesanal, centrada en el xeito, y otra más industrializada, para satisfacer la demanda de las conserveras, que a la vez aumentaban la economía del litoral donde estaban las fábricas.

La invasión de las traíñas hizo que FARO DE VIGO publicara en su momento que "se está verificando una verdadera transformación de los procedimientos extractivos de la sardina, utilizándose al efecto las traineras y sus redes que fueron aquí combatidas siempre por todos los pescadores".

A pesar de la poderosa influencia de organismos de Vigo y A Coruña, tal como la Asociación de Fomento del Trabajo, la Cámara de Comercio de Vigo y la Asociación de Armadores de Pesca, lograron apoderarse de la actividad en otras zonas, como las rías de Muros, Arousa y Pontevedra: "Los marineros de las artes tradicionales consiguieron el apoyo de los fomentadores, y con ellos toda una serie de instituciones como la Cámara de Comercio de Villagarcia o la Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago".

En las rías citadas se temía que la masiva captura de sardina provocara una caída de los precios además de la muerte de las crías. Por ello, la Sociedad Económica de Amigos del País decía que "puede asegurarse que la pesca con la traiña o cerco de jareta representa la desaparición del pescador del jeito, quien se halla menos favorecido que el primero porque cogen menos pescado".

Por otra parte, la probable reconversión del xeito en traíña podría suponer una inversión de tres o cuatro mil pesetas, que no representaba mucho dinero para las fábricas, pero si para los pescadores sencillos del xeito, que lo que pretendían eran una vida sencilla y barata de pesca que les permitiese vivir y no transformarse en asalariados.

El xeito representaba lo tradicional, lo conservacionista, mientras que la traíña representaba según los xeiteiros la explotación total de las rías y la posibilidad de la desaparición de la pesca. Todo ello se transformó en luchas continuas en las rías entre xeiteiros y traiñeros, a lo que respondían los gobiernos con leyes que trataban de armonizar ambos modos de pesca.

En Arousa la introducción de la traíña fue muy lenta debido al gran peso de las salazoneras y al numeroso grupo de pescadores independientes, propietarios de xeitos, y sobre todo las luchas continuas y a veces violentas que se desarrollaron en muchos puertos.

El 28 de junio de 1900 se fueron concentrando en la capital de la provincia más de 1.500 marineros defensores del xeito llegados desde todos los puertos, destacando los arousanos de Palmeira, A Pobra, Carreira, Vilaxoán, Vilagarcía, Carril o Cambados, con los diputados provinciales Antonio Vázquez y José Boente al frente de la manifestación. Acudieron al Gobierno Civil, a la Diputación y al Ayuntamiento para exponer pacíficamente sus pretensiones, y hasta el todopoderoso marqués de Riestra les recibió interesándose por el problema.

Algunas mujeres con sus hijos de la mano suplicaron al Gobierno Civil con lágrimas en los ojos que impidiese con su apoyo "la miseria que se avecina". Las manifestaciones se fueron sucediendo en Ribeira, Vigo, Marín y otros puertos, hasta que en septiembre de 1901 sucedió lo que se temía: personas heridas, algunas muy graves.

La prensa lo relataba así: "EN VILLAJUAN. En las primeras horas de la mañana del sábado avistose en la ría un galeón cargado de sardina pescada por los traineros de La Coruña, la cual pretendían desembarcar. La noticia cundió rápidamente y a la señal de alarma dada por varios jeiteros, disparando dos bombas desde la playa se reunió allí un numeroso gentío, formado por hombres, mujeres y niños, que en medio de grandes protestas trataban de impedir el desembarco.

En vista de que el galeón no retrocedía, los jeiteros empezaron a lanzar sobre él, piedras y algunas bombas a lo que contestaron los de a bordo con algunos tiros. Entonces fue cuando el asunto revistió los caracteres de un sangriento motín, que lejos de ser contenido con la presencia de la Guardia Civil de Villagarcía, al mando del oficial señor Peña, pretendía favorecer el desembarco, aumentó la excitación de los marineros. Gritos primero y una gran pedrea luego, contra las fuerzas de la benemérita ocasionaron que esta hiciese algunas descargas, de las que, resultaron según datos oficiales 18 heridos, entre ellos varios de bala, y el resto por tiros de municiones y sal.

De los guardias resultaron heridos, aunque no de gravedad, el coronel Marian Fernández en la oreja derecha; el cabo en el maxilar izquierdo y un guardia en una rodilla y el muslo. La lucha duró cerca de dos horas con algunos intervalos. Los jeiteros obligaron a los traineros a tirar la sardina al mar. Varios grupos apedrearon también la casa del Alcalde, siendo necesario que la Guardia Civil la custodiase mientras el resto patrullase por las calles para mantener el orden".

Al día siguiente apareció en "El Ancora" la lista de heridos en Vilaxoán, todos ellos atendidos por el Dr. Viqueira: Agustín Cores, Hilario Siar, Ramón Ríos, Ventura Lemiña, Joaquín Bouzas, Ramona Buceta, José Cabrán, José Trigo Losada, Manuel Lemiño, Ramón Rubiáns, Dlores Rivas, Dolores Peneda, y Margarita Carraño.

El 24 de septiembre, "La Correspondencia Gallega" daba la siguiente noticia sobre los "SUCESOS DE VILLAJUAN: Hemos procurado no apasionarnos. Conocidas de todo el mundo nuestras opiniones sobre el pleito de jeitos y traíñas, y nuestros afectos, podrían interpretarse actitudes e indignaciones justísimas como incentivos o estímulo para el motín. La gravedad de los hechos desarrollados a nadie se oculta. Ese triste episodio, preludio de otros más graves si el gobierno dejando a un lado la caprichosa actitud de alguno, no enmienda rápidamente su error, es un acontecimiento histórico, triste, una tristeza más que añadir a las de La Coruña y otros puntos bajo un régimen que se llama liberal y democrático.

No faltarán voces en el Parlamento que expongan en claro responsabilidades, imprevisiones y torpeza. Limitémonos por hoy, a deplorar la sangre vertida en Villajuán y a declarar con franca nobleza que la actitud de los pobres pescadores es de una lógica abrumadora. Tras años de humilde súplica, de agotar todos los recursos legales, de demandar caridad de los gobiernos y tras años de sordera e indiferencia en los poderes. Así se producían las explosiones en las épocas de absolutismo, así tienen que producirse cuando está la democracia en los labios y el despotismo en los procedimientos. Y después de esto, la improvisación manifiesta de autoridades oportunamente advertidas que llegan tarde y con daño a todas partes. En España, la historia de los motines es curiosísima y se presta a sangrientos comentarios. Esta cuestión del jeito y la traíña que huele a odioso y repugnante, esperemos en que la lección será provechosa, y si no lo fuera preparémonos a presenciar acontecimientos muy graves.

El Sr. Fernández Villaverde, que tanto se interesa por esta región, al tener noticias en Vitoria de los tristes sucesos de Villajuán, ha dirigido al Diputado por Cambados, Sr. González Besada, el siguiente telegrama: "Horas antes viaje recibo primera noticia sucesos Villajuán. Ruégole me informe telégrafo Madrid, pues supondrá mi interés. Villaverde". El Sr. Besada ha contestado ayer tarde de la siguiente forma: "Traineras vienen pescando ría de Vigo con infracción disposiciones vigentes. Viernes apresó dos el cañonero Condor. Fomentadores Villajuan intentaron desembarcar sardina pescada con traíñas. Amotináronse marineros, apedrearon barco. Intervino Guardia Civil que fue apedreada e hizo fuego, hiriendo dieciocho entre ellos una mujer y niños. Acontecimientos eran esperados habiéndose conducido autoridades gran imprevisión. Creo fundadamente estamos comienzo conflicto. Sociedades marineras desoyen consejos prudencia. Si torpemente esperan se produzca conflicto con el esfuerzo común de todos los asociados, situación y consecuencias serán gravísimas". Besada.

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