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El santo se muda a San Vicente por la rehabilitación de su capilla

El San Benito de Mosteiro estuvo condicionado por las obras de rehabilitación en la capilla -Las obras terminan esta primavera

El santo fue trasladado a la iglesia para la novena. // Iñaki Abella

En Mosteiro hay devoción por San Benito, pero ayer las misas tuvieron que trasladarse a unos tres kilómetros de distancia de su lugar habitual, concretamente a la iglesia parroquial de San Vicente de Nogueira. En la capilla románica del centro de Mosteiro -que ha sobrevivido a un antiguo monasterio- se están haciendo obras de rehabilitación, de ahí que se trasladase la celebración a San Vicente.

Las misas más concurridas fueron las de la mañana, siendo más floja la afluencia en las vespertinas, al menos en la de las 18.00 horas, en la que el templo estaba a mitad de aforo. El hecho de que fuese día laborable y que el santo no estuviese en su "casiña", como apuntó una feligresa, parecieron jugar en contra de la asistencia a alguno los oficios.

El San Benito de Mosteiro no tiene la fama de los de Cambados o Lores, pero es igualmente una fiesta que atrae a mucha gente, tanto de ese lugar de Meis como de parroquias próximas de Vilanova o Portas. Lo que no existe en la localidad meisina es la tradición de vender aceite bendecido.

Los vecinos pudieron rezar ante la imagen del santo, que el cura custodia mientras duran las obras en la capilla, y que subió a la iglesia de San Vicente hace poco más de una semana, coincidiendo con el inicio de la novena.

En Mosteiro también es mucho más concurrida la fiesta del San Benito "de verano". De hecho, en julio el lugar celebra la Festa dos Callos, una celebración gastronómica que pasa por ser el festejo más importante de la localidad, y el 11 de julio es festivo local.

Las obras de la capilla empezaron en diciembre, y el plazo de ejecución es de cuatro meses, por lo que deberían estar a punto de terminar. Hasta ahora se hacían en ella misas los sábados por la tarde, y también se celebraba en ella el día de la Inmaculada, que tiene la advocación de la ermita.

Los trabajos que se están ejecutando tienen un presupuesto de 190.000 euros y consisten en una rehabilitación casi integral, puesto que se ha cambiado la cubierta, se han limpiado las fachadas, se va a reforzar la estructura interior del tejado con nuevas cerchas y se va a colocar un piso nuevo.

Las obras permitirán también mejorar el conocimiento sobre esta joya arquitectónica, en cuyo interior se conservan dos laudas. Según la literatura histórica hay una tercera, pero por el momento no ha sido localizada.

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