"Ni ha sido un varapalo ni estoy compungido, sino todo lo contrario, estoy más animado que un rockero. Son gajes del oficio que asumo con entereza y que me vacunan contra cierto tipo de personas", expresaba ayer el patrón de Carril en relación a la cascada de dimisiones que ha provocado la disolución de los órganos de gobierno de la cofradía. En cuanto al rostro desencajado con el que compareció ante los medios el lunes en medio de la Xunta Xeral, asegura que arrastra una conjuntivitis anterior a la oleada de renuncias.

Así las cosas, José Luis Villanueva suaviza su discurso y también las consecuencias que tendrá para el pósito la falta de un gobierno estable durante una buena parte del año (el patrón calcula que las elecciones no se celebrarán hasta después del verano). Da por hecho que volverá a recuperar los mandos de la cofradía tras el proceso electoral al afirmar que la disolución de la xunta xeral y del cabildo "solo retrasa las cosas", en alusión a la paralización de los proyectos pendientes, como el convenio entre la agrupación de parquistas que preside y el pósito.

Freno en la producción

Uno de los colectivos que en su opinión saldrá más perjudicado de esta crisis es precisamente del que partieron las primeras dimisiones: del marisqueo a pie. Villanueva augura "un freno en su producción" en 2018 al no comprar semilla este año, según las declaraciones del patrón. "Intentaron presionarme con la construcción de un camino hacia A Fangueira al que me negué, animándolas a pedir dinero, con el aval de la cofradía, para comprar semilla, no para hacer un camino", relata Villanueva.

Recuerda el patrón que tenía un "ambicioso proyecto" para el marisqueo a pie, creando puestos de trabajo e intentando alcanzar un salario anual por mariscadora de entre 20.000 y 25.000 euros. "Ellas tienen dos millones de metros cuadrados en exclusividad, mientras que los parquistas solo tienen uno", espeta el todavía responsable del pósito carrilexo.

Insiste en que las apoyó "en todo" a excepción de la petición de trabajar la zona de As Briñas que actualmente corresponde al sector de a flote, y que las directivas de la agrupación de a pie "no midieron las consecuencias" de sus dimisiones. "Y yo las creo", reitera.

Tras esas seis renuncias, al día siguiente se produjeron otras siete por parte del sector crítico. "Unas eran de la oposición desde el principio, a las que se sumaron un empresario y un trabajador [de los parquistas] que traicionaron nuestra confianza. Con el fallecimiento de un miembro, entró un suplente de la oposición, y a uno de mi equipo intentaron convencerlo para aspirar a ser patrón", explica Villanueva.