El Banco de Tempo de Vilagarcía ha perdido fuelle. No ha desaparecido, pero en los últimos años ha estado prácticamente inactivo. Así lo reconoce el actual gobierno local, que se marca entre sus objetivos "revitalizar" este servicio dependiente del área de Igualdade que dirige Tania García Sanmartín. A la escasa actividad del banco se une el hecho de que la trabajadora que se encargaba de este proyecto lleva varios meses de baja, apuntan fuentes municipales.
La intención del ejecutivo socialista de relanzar el Banco de Tempo aparece reflejada en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), un proyecto financiado a través de fondos europeos (Feder).
Según consta en el programa, "se prevé un impulso social del mismo, no solo con la finalidad última del intercambio sino para promover las relaciones sociales para el fomento de las TIC", creando de este modo un sistema alternativo y asequible de trueque entre familias. Desde Ravella añaden que el Banco de Tempo forma parte de un catálogo mucho más amplio dentro del bloque temático "Ciudad de Todos", que incluye integración social, formación para el empleo o recuperación de espacios públicos, entre otros aspectos.
El Banco de Tempo es un mecanismo para promover la conciliación de la vida personal, familiar y laboral a través de intercambios de servicios, habilidades o conocimientos. Busca mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, fortaleciendo las redes vecinales y de solidaridad. Así, a través del Banco de Tempo se articula un sistema de intercambio de servicios o conocimientos con la misma unidad de valor para todas las personas: el tiempo.
¿Qué se puede intercambiar? Tareas relacionadas con el manejo de nuevas tecnologías, ayuda con los deberes del colegio, labores o reparaciones domésticas, ayuda para realizar trámites administrativos, acompañamiento en actividades de ocio y tiempo libre, transporte y ayuda en desplazamientos a hospitales, recados, compras, ...
Las habilidades o conocimientos a intercambiar son múltiples y variados. De hecho en 2011 la entonces concejala de Igualdade, la popular Elena Suárez, impulsó una campaña de promoción del Banco de Tempo con una mesa informativa en la calle en la que anunció que se ampliaban los contenidos del trueque al préstamo de objetos tangibles, como por ejemplo libros de texto o herramientas.
