José Manuel Cardalda, un militante de Esquerda Unida que hasta el cambio de cerradura de la sede del partido en Vilagarcía se encargaba del local (limpiarlo, enviar correos electrónicos, atender a la gente, ...), denuncia que todavía no le han permitido recoger sus pertenencias, entre las que se incluyen unas gafas que necesita para leer. "Si no me las dejan coger tendré que gastar dinero en comprar otras", declara.

Cardalda era una de las personas que tenía la llave antigua del inmueble de Agustín Romero. Unos días después de que el portavoz del grupo municipal, Jesús López, procediese al cambio de cerradura por recomendación de la dirección gallega de Esquerda Unida, Cardalda lo llamó por teléfono para comunicarle su intención de recoger sus cosas. "Me dijo que sin problema, pero no apareció. Ayer le mandé un mensaje y no me contestó", lamenta el militante, afín al edil crítico Miguel Alves. "El lunes llegué a la sede y la llave no entraba. Fue una situación embarazosa", concluye.