Cerca de dos mil estudiantes de la comarca comen durante el curso en los catorce centros educativos de O Salnés y Ullán que cuentan con cocina o catering. Son, en concreto, 1.827 los alumnos que utilizan los comedores escolares, según los datos facilitados por los propios centros, lo que supone que uno de cada cuatro matriculados en los colegios salinienses utilizan este servicio. Vilagarcía es la localidad con más comedores, ya que cuatro de los siete colegios cuentan con la oferta de comedor. Son el CEIP A Lomba, el Rosalía de Castro de Carril y los de Vilaxoán y Rubiáns. En ellos se da de comer durante la semana a lo largo de todo el periodo lectivo a 680 niños, de los 1.255 matriculados en esos cuatro colegios. El comedor con más usuarios es el de A Lomba, que dispone de cocina y al que acuden un total de 201 estudiantes. Le siguen los de Carril y Vilaxoán, con 183 y 181 inscritos respectivamente, mientras que en Rubiáns se alimentan 115 de los 150 alumnos.

En Catoira, Meis y Valga son una mayoría abrumadora los usuarios de los comedores de los colegios Progreso, Mosteiro y Baño-Xanza. Los tres cuentan con cocina en sus instalaciones, que además son amplias y con cabida para varios centenares de niños. En el centro catoirense comen 310 alumnos de los 387 matriculados, el 80%. En Mosteiro la proporción es todavía mayor, ya que utilizan el comedor 300 niños de un total de 322. En cuanto a Valga, el centro de Baño pone el plato durante el curso a 240 de 300 estudiantes.

La cifra de 14 comedores escolares en la comarca se completa con los de los colegios San Bartolomé de Tremoedo (Vilanova), con 25 usuarios; el Julia Becerra Malvar de Ribadumia, que roza los 100 comensales; o Coirón-Dena, en Meaño, con entre 20 y 23 usuarios dependiendo del día de la semana. O Grove y Cambados cuentan con dos comedores escolares. En la villa grovense disponen de este servicio los colegios Conmeniño y Valle-Inclán, este último con 55 niños y el primero con 25 de 150. El Conmeniño está ya gestionando con la Xunta la posibilidad de ampliar las instalaciones ante la creciente demanda. En estos momentos son unas 15 las familias que están en lista de espera. En cuanto a la villa del albariño, son los colegios Antonio Magariños y Enrique Barreiro Piñeiro de Vilariño los que disponen de comedor, con 45 y 26 usuarios respectivamente.

Entre esta quincena de comedores son mayoría los que disponen de servicio de catering, diez frente a cuatro con cocina propia, y también los gestionados por la Xunta, hasta un total de nueve. En los colegios de Tremoedo, Julia Becerra Malvar de Ribadumia, Valle-Inclán de O Grove y Vilariño de Cambados son las asociaciones de padres las que gestionan los comedores y en muchos casos lo prefieren así. Traspasarlos a la Xunta implicaría que muchos de los actuales usuarios se quedarían sin plaza, ya que la administración valora cuestiones como el nivel de renta o la imposibilidad de conciliación a la hora de admitir a los usuarios. El colegio Coirón-Dena de Meaño es el único que tiene la gestión del comedor en manos del Concello.

Una de las diferencias entre la gestión pública o de las Anpas está en el precio. En los comedores de la Xunta son una gran mayoría las familias que disfrutan del servicio de forma gratuita. Así lo explican, por ejemplo, los directores de los colegios de Vilaxoán y Mosteiro. Alicia Porto, directora del centro vilagarciano explica que "solo pagan un 15%" de los 181 usuarios del comedor, "al resto les sale gratis" en función de la renta. La conclusión que extrae la responsable educativa es que "el nivel de renta en Vilaxoán es muy bajo". Luis Camilo Fernández, su homólogo en Mosteiro, confirma igualmente que "la inmensa mayoría de los usuarios tienen el servicio gratuito" y es que, continúa, las familias cuya renta es más alta "tendrían que pagar 4,50 euros al día. Es caro y hacen todo lo posible porque los niños vayan a comer a casa" y evitarse, así, ese desembolso. Mientras, en los comedores de las Anpas todos los usuarios contribuyen económicamente por igual. En Vilariño, en donde se presta el servicio desde comienzos de este curso, cada familia abona 59 euros al mes, lo que supondría alrededor de 2,95 euros al día. Inicialmente el coste estaba calculado en 80 euros mensuales, pero el Concello se ofreció a financiar a un monitor, lo que permite a los padres ahorrarse casi 30 euros.