Las sorprendentes condiciones meteorológicas actuales, incluso ahora que comienza octubre, han permitido contener la expansión de las biotoxinas marinas que amenazaban con provocar el cierre generalizado de las bateas de mejillón en las rías gallegas.
El régimen de vientos predominante evitó el avance del fitoplancton portador de biotoxinas que se acumulaba en la plataforma continental, y a pesar de que en agosto y principios de septiembre el sector pronosticaba importantes complicaciones, lo cierto es que gracias al buen tiempo reinante el grueso de los parques de cultivo flotantes siguen operativos.
Todo esto ha favorecido una campaña de verano intensa y una "campaña de Italia" -con exportaciones a dicho país y a Francia- realmente positiva. Tanto es así que los dirigentes consultados hablan de un momento "formidable" para sus intereses.
Hay que recordar que entre los productores había mucho miedo, ya que en caso de cerrarse el conjunto de las bateas perderían la oportunidad de vender un molusco en óptimas condiciones. Pero es que, además, se arriesgaban a perder buena parte de la producción, ya que con tanto peso en las cuerdas todo podía irse al fondo de las rías con la llegada de los temporales de otoño.
Pero no ha sucedido así, de ahí que en lugar de registrarse un avance de las toxinas lipofílicas, con el consiguiente aumento de cierres, se produjera la apertura de muchos de los que se habían visto afectados hace apenas dos meses.
De este modo en la actualidad solo hay dieciséis polígonos mejilloneros cerrados: dos en Sada, cuatro en Muros-Noia, cinco en la ría de Pontevedra, uno en la de Vigo, el de Corme y tres en Arousa. Quiere esto decir que hay 35 plenamente operativos -21 de ellos en aguas arousanas-, lo cual permite garantizar a el abastecimiento de los mercados con el "oro negro" de las bateas.