Los sabotajes han regresado a las bateas de la ría de Arousa. Al menos así lo denuncian diversos productores de Vilanova y Vilagarcía que, como ejemplo, citan la desaparición de cientos de cuerdas cargadas de molusco. Y está claro que no es que alguien las robara o se desprendieran solas al fondo, pues son evidentes las pruebas de que fueron cortadas de forma intencionada.

Los hechos ocurrieron en las dos últimas semanas y se descubren desde hace días muy poco a poco, a medida que los concesionarios de los viveros flotantes afectados se acercan a los mismos para extraer producto y descubren que ha desaparecido.

Incluso cabe la posibilidad de que algunos bateeiros también padeciesen estos ataques y aún no sean conscientes de ellos, pues lo descubrirán cuando acudan a sus concesiones para extraer el molusco.

"Hay un bateeiro al que cortaron 65 cuerdas, a otro le quitaron 15, a uno le faltan al menos una decena...". Así se explican los productores consultados, quienes señalan que "el autor o autores de estos sabotajes se dedicaron a atacar las bateas aleatoriamente, por lo que no encontramos una causa concreta o enfrentamiento que pueda explicarlo".

Lo que quieren decir es que en otras ocasiones el sabotaje en los viveros estaba relacionado con guerras de precios en los muelles, enfrentamiento entre agrupaciones de productores, el conflicto con los trueleiros u otros motivos concretos, pero esta vez parece que no hay una causa aparente que pueda considerarse un detonante del episodio.

Los damnificados, algunos de los cuales ya presentaron la correspondiente denuncia ante la Guardia Civil, deben decidir ahora si contratan los servicios de empresas especializadas para recuperar las cuerdas que están en el fondo -en algunos casos ya lo hicieron así en días pasados- o bien dan por perdida la producción, ya que si pasa demasiado tiempo tirada sobre el lecho marino se convierte en inservible para la comercialización.