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Placentero paseo por los Muíños dos Ferreiros

Meaño acoge una de sus principales romerías de verano y la VI Feira da Artesanía

Un grupo de gaitas actúa en la Festa dos Muíños de Lores (Meaño). // Iñaki Abella

La novedad este año fue una exposición de fotografía antigua en la senda de acceso en la que concello logró reunir un centenar de instantáneas del Meaño de época y sus gentes, fotos que se dispusieron en cinco paneles expositores a pie de río. Muchos vecinos reconocían en ellas a antepasados y paisajes del Meaño pretérito.

Mientras, la "Mostra Galega" abría sus puertas a media mañana. En las horas centrales del día muchos eran los curiosos que recorrían el paseo y se paraban a cada paso para charlar con los artesanos, ávidos de conocer o rescatar del recuerdo curiosidades y pormenores de los oficios. Entre ellos, algunos ya habituales de la Mostra, como el oficio de latonero o el de herrero, este último representado en la persona del grovense Paco Guillán, asiduo desde hace años a la Mostra.

Pero también, presencia de caras y profesiones nuevas como la que representaba Ángel Rial, un cambadés que desde hace 15 años se dedica a la confección del traje tradicional gallego y a la restauración de ornamentos. "Es algo que, en parte, me viene de familia -reconoce-, porque en casa siempre hubo sastres y costureras". "Luego -añade- cursé Corte y Confección en Santiago y más tarde, buscando un camino propio, me fui metiendo en el traje tradicional". Era la primera vez que acudía a la muestra meañesa "y la segunda que voy a una feria en toda mi vida porque estos trajes -comenta mientras borda pacientemente con hilo de oro-, son muy delicados para mover, en realidad no sé ni cómo me convencieron para estar hoy aquí".

Un Ángel Rial que se mostraba crítico con algunas agrupaciones folclóricas: "Ponen todo su empeño en recuperar una muiñeira o un canto del siglo XIX y luego se despreocupan a la hora de vestir y lo bailan con un traje del XVIII, u otro al que incorporan una pedrería desmesurada que nada tiene que ver con el traje tradicional de época". "Algunos, añade, no respetan la historia, y su traje se asemeja más a un disfraz de carnaval que a la tradición gallega, es una lástima que busquen más el espectáculo visual que el asumir el traje tradicional en sí".

Unos metros más arriba la marinense Raquel Villaverde ganchilla otra marioneta para su colorida colección que atesta el puesto. "Llevo siete años en este mundillo porque a mí siempre que apasionó trabajar con y para niños -admite-, de hecho soy monitora de tiempo libre, pero el mundo de la marioneta se me abrió como una oportunidad laboral que me permite también seguir vinculada a los más pequeños, y eso me entusiasma". "Con la llegaba del buen tiempo -agrega- trato de estar en una feria cada fin de semana para promocionar mis marionetas y llegar al público: estuve en Meis, ahora en Meaño? pero mi mejor escaparate es el Festival de Títeres de Redondela porque reúne a muchísima gente vinculada al mundillo". La gomaespuma, el fieltro y, sobre todo la lana, son sus materias primas predilectas. "El secreto de una buena marioneta -apunta- no es solo que guste, sino que dure, y para ello es esencial que se pueda lavar, y el ganchillo facilita mucho esta labor".

Una "Festa do Muíños" a la que, por cierto, acudieron los dos ediles socialistas Icía García y Manuel Radio comprando la entrada para participar como comensales, y declinando la invitación que hace el concello a los miembros de la corporación.

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