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El San Cristóbal de Dena reúne a más de un millar de devotos en Os Pasales

Una importante caravana cruzó parte del municipio para celebrar el particular homenaje de los conductores a su patrón

Las sardinas fueron el plato más demandado. // Noé Parga

Con ligeros cambios en la organización para adaptarse a las condiciones impuestas desde el concello, el área recreativa de Os Pasales volvió a albergar ayer la tradicional romería del San Cristóbal de Dena. Más de un millar de personas se congregaban en la zona a las horas centrales del día para disfrutar de la sardiñada popular, chorizos asados, y generosas raciones de pan y vino del país, todo servido de manera gratuita por la organización.

Dena celebra San Cristóbal con su "sardiñada". // Noé Parga

En cuanto a las condiciones impuestas desde el concello la comisión reorganizó el espacio para asar fuera del recinto, labor que realizaron en una finca aledaña sin cultivar que acondicionó la organización para tal fin. Más controvertido resultó el tema de la verbena por cuanto, ante la prohibición de celebrar este tipo de evento en la zona, la comisión aprovechó un resquicio para organizar una verbena de tarde -que amenizaron las formaciones "Orquestra" y "Dinastía"- cuya finalización se había anunciado para las 23 horas, evitando entrar así en el horario nocturno aunque se tratara de una verbena al efecto. Eso día, dada la polémica suscitada, en esta ocasión la alcaldesa Lourdes Ucha no acudió a la fiesta como era tradición en los últimos años por parte de la alcaldía. Tampoco lo hicieron los pesos pesados del gobierno local, a fin de evitar polémicas, aunque algún líder de la oposición sí se dejó ver por el almuerzo.

Lo cierto es que la pasión que desata esta romería campestre crece cada año. Tanto que ya son varias las familias que reservan su espacio en Os Pasales con días -incluso una semana- de antelación, disponiendo un mantel sobre una de las meses a fin de hacerse con una de las privilegiadas zona de sombra del parque. Tal es el caso de Víctor Otero, el patriarca de una familia de Dadín que congregaba en el almuerzo de ayer a 18 familiares en una tradición que dura ya una década. "Mi padre vino el domingo pasado -explica su hijo Rafael Otero mientras el patriarca participaba en la caravana con su Seat 600 de época- a colocar un mantel en su mesa predilecta. Mismo ayer estaba preocupado porque se celebraba aquí un cumpleaños y estuvo hasta las 9 de la noche para cerciorarse que el mantel volvía a quedar sobre la mesa".

Otros como Luis Estévez montaban la noche anterior un cenador de grandes dimensiones para poder albergar debajo a dos familias vecinas que sumaban ayer una treintena de comensales: "venimos armados con un poco de todo: empanada, tortilla, ensaladilla, fritos? porque no puede venir uno pendiente e estos sitios solo de las sardinas" comentaba mientras preparaba unos vermouths con hielo bajo la carpa del cenador.

También Teresa Caneda y una veintena de los suyos se habían reservado su espacio y su sombra desde el jueves "porque es una tradición de las que ya no quedan, y en un espacio natural excelente, aunque la celebración dio en el palo" comentaba jocosa por la polémica concello-comisión que casi da al traste con el evento.

Entre el público incluso algunos turismos ávidos de participar en el evento, y algunos que se atrevían a última hora, pasadas ya las dos de la tarde, ataviados con su sombrilla y sus sillas para hacerse con un espacio en el recinto.

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