Miguel Solleiro Martínez desapareció el pasado 13 de mayo sin dejar rastro, yéndose del domicilio familiar que ocupa con su mujer y un sobrino sin la documentación, dinero, móvil, y sobre todo, sin la medicación que necesita al ser un diabético de grado 2. La falta de noticias durante estos dos meses, en los que ni Policía Nacional ni Guardia Civil han observado ningún movimiento en las cuentas de Solleiro, ha llevado a los vecinos de Baión, donde la familia tiene una pequeña parcela con una vivienda, que pudo ser su último destino antes de desaparecer, a movilizarse y organizar una batida para encontrarle.

La búsqueda comenzará mañana a las 9 horas y se realizará desde el lugar de Tirabao, donde se encuentra la casa de Baión para extenderse por todo el monte hasta Lobeira, un recorrido que la esposa, Divina Vila, reconoce que su marido hacía de vez en cuando con alguno de los caballos que poseen en esa finca. En ella ya han anunciado su participación entidades como los comuneros o la asociación de caza Barusi, cuyos integrantes llevarán el peso del rastreo, al conocer en profundidad la zona por la que se va a desarrollar. También se espera contar con una patrulla del Seprona y con vecinos de la zona a caballo. Efectivos de Protección Civil tienen previsto perfilar su participación hoy tras recibir la comunicación sobre la iniciativa vecinal.

Jubilado por enfermedad, Miguel Solleiro se había sumido en una depresión importante en las semanas anteriores a su desaparición, algo que subraya su propia esposa, que no le encuentra sentido a su marcha, salvo que pudiese haberle pasado algo en un punto de difícil localización. En el momento de la desaparición, Solleiro vestía un pantalón vaquero negro, una camisa y botines color beige.

La mujer reconoce que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han colaborado en el rastreo de Solleiro, pero no han encontrado ningún tipo de movimiento bancario ni ninguna referencia sobre la compra de los medicamentos que necesita que pueda apuntar hacia el. "Es una auténtica incógnita lo que ha podido pasar con él, por eso la familia y los vecinos hemos decidido realizar esta batida, por lo menos, para descartar que pueda encontrarse en una zona forestal entre Baión y András", explica Vila.

Su mujer nunca olvidará aquella jornada en la que su marido nunca volvería al domicilio familiar, situado en la calle Arousa del barrio de A Lomba. Aquel día, Divina creyó que su marido había ido a visitar a un amigo en compañía de un sobrino, pero ya de madrugada, al ver que no regresaba a casa comenzó a preocuparse. Sus peores temores se confirmaron en la mañana siguiente, cuando comenzó a contactar con familiares y amigos, encontrándose con que ninguno de ellos sabía nada de Miguel Solleiro. La mujer presentó la denuncia de la desaparición en el cuartel de la Guardia Civil de Cambados, que remitió toda la documentación a la Policía Nacional de Vilagarcía, al ser el hombre residente en esta ciudad. Pese a los esfuerzos de ambos cuerpos de seguridad, no se han encontrado pistas sobre su paradero ni ninguna indicación fiable que ayude a esclarecer lo que ocurrió con Miguel Solleiro desde aquel 13 de mayo.

El hombre había mostrado unas semanas antes de desaparecer un comportamiento más nervioso de lo habitual, e incluso, había vuelto a fumar.

El motivo era que padecía una depresión por las limitaciones que tenía como consecuencia de su enfermedad, que ya le había provocado una pequeña trombosis al sufrir una subida de azúcar.

Que sufriese una situación similar en medio del monte es lo que se teme su esposa, que espera acabar, de una vez por todas, con "este sufrimiento".