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Primer examen de la Adeac

O Salnés invierte más de 50.000 euros en playas para superar la inspección de las banderas azules

Los concellos de Vilagarcía y A Illa han tenido que asumir un mayor coste en la contratación de socorristas y afrontar obras de acondicionamiento para pasar los controles periódicos -O Grove pierde todos sus distintivos

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Sillas anfibias en playas de O Salnés

Poder ondear en una playa una bandera azul es para un ayuntamiento un motivo de orgullo, pero también una responsabilidad. La organización que concede estos prestigiosos distintivos es la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) y no solo controla los arenales -y sus aguas- durante el invierno y la primavera, antes de otorgar las banderas, sino también en pleno verano, cuando ya ha comenzado la campaña de baño. Eso obliga a las administraciones municipales a no bajar la guardia y a menudo a invertir dinero para tener a punto sus playas. Es lo que le ha pasado a los concellos de Vilagarcía y A Illa, que han tenido que afrontar en estos meses una inversión de más de 50.000 euros para poder mantener los distintivos y no llevarse un susto cuando los inspectores de la Adeac realicen la primera visita de control.

El gasto más elevado corresponde al pago de los salarios de los socorristas, puesto que la Xunta de Galicia rebajó finalmente la aportación económica que inicialmente había anunciado, lo que obligó a los concellos a poner más de sus arcas. El alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, afirma que "nosotros solo en socorristas hemos tenido que poner más de 10.000 euros porque la Xunta nos autorizó en un primer momento a contratar a seis personas durante tres meses, y finalmente solo dio dinero para cuatro socorristas, y durante dos meses".

También Vilagarcía ha tenido que realizar una inversión importante -que podría rondar los 30.000 euros- habida cuenta de que han diseñado un operativo de salvamento en las playas compuesto por 11 personas, pero la Xunta solo les dio financiación para seis. Además, la administración autonómica solo asume los costes de contratación durante dos meses, con lo que el Concello corre con los gastos de mantenerlo operativo también en septiembre, y la administración municipal ha aprobado a mayores pagar un complemento salarial de algo más de 100 euros al mes para evitar lo que ha sucedido en otros concellos, que se las vieron y desearon para encontrar candidatos.

¿Y qué reciben a cambio de este esfuerzo los ayuntamientos? Carlos Iglesias apunta que no existe un retorno económico en metálico para la administración local, pero que éste redunda en el conjunto de la localidad. "Sabemos que a los turistas les gusta esta certificación, y que hay gente que busca a propósito las playas con bandera azul para ir a ellas, porque saben que es un sinónimo de calidad y de servicios".

Obras en A Illa

A Illa tiene cuatro banderas azules: una en la categoría de centros en el de Interpretación de la Conserva; otra en la de Senderos, para el que comunica O Barreiro con el parque de O Carreirón; y dos en las playas de Area da Secada y O Bao. Mantener estos distintivos también ha obligado al Concello a afrontar una inversión de algo más de 8.000 euros en reparaciones en las pasarelas de madera -unos 2.000- y en el puesto de socorrismo de O Bao -el resto-, en cuyo módulo se encuentran también los baños públicos.

Asimismo, el Concello va a gastar algo más de 3.300 euros en la mejora de la señalización del sendero de O Bao a O Carreirón. Se van a colocar unos grandes paneles con ilustraciones sobre la flora, la fauna y el paisaje que encontrará el caminante a su paso, y que cuestan sobre 21.000 euros. El resto de la inversión la asume la Diputación.

En realidad, considera que la inversión aún es mayor si se tienen en cuenta otros gastos más difícilmente cuantificables, como la reposición del material de primeros auxilios y de la equipación de los socorristas, o la puesta a punto de las duchas y las canalizaciones de agua potable a las playas.

En el caso de Vilagarcía, las dos recomendaciones principales que les hicieron los inspectores de Adeac después de Semana Santa se están cumpliendo por ahora. Estas consistían en terminar las obras de O Preguntoiro (Vilaxoán) antes del final de la temporada de baño y en delimitar los usos en el arenal de O Campanario (Bamio) para evitar la práctica del kite-surf en las inmediaciones de la orilla. A este respecto, el concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, avanza que "ya no tenemos ese problema, puesto que el kite-surf se está haciendo fuera de la playa".

En lo que respecta a obras, en Vilagarcía se acometieron algunas, pero anteriores a la concesión de las banderas azules, como los baños de O Preguntoiro -en los veranos anteriores los usuarios tenían que acudir a los del centro sociocultural, del otro lado de la carretera-. Donde más dinero en infraestructura invirtió el equipo de gobierno fue en la playa de A Concha-Compostela, ya que se hizo necesario arreglar varias de las pasarelas de madera de acceso a la arena. Pero esta playa no tiene bandera azul desde hace varios años.

O Grove

Un caso aparte es el de O Grove, que ha pasado de tener cinco banderas azules a ninguna. Y es que el Concello no solo se negó a ir a recogerlas al acto de entrega celebrado a principios de junio en Oleiros, como protesta a la concesión de la bandera azul de A Lanzada de forma conjunta a los concellos de O Grove y Sanxenxo. La Adeac se las ha retirado definitivamente debido a la "renuncia voluntaria" del Ayuntamiento. Así lo indica en su página web la propia Adeac.

A estas alturas del verano, la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor solo le ha retirado definitivamente la bandera a seis playas de las 3.457 que la obtuvieron a principios de la campaña. De esas seis, dos se localizan en las provincias de Alicante y Valencia, y las cuatro restantes son de O Grove: Raeiros-Paxareiro, Area da Cruz, Area Grande y Area das Pipas-Area de Reboredo. La de A Lanzada la conserva, aunque solo sea porque la comparte con O Espiñeiro.

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