Otra de las cuestiones en las que incide el artículo de Guidoiro Dixital es en que el muro que en septiembre de 2011 instalaron Patrimonio y el Ministerio de Medio Ambiente ha conseguido frenar el proceso de erosión, pero la solución no es definitiva y tendrá una duración limitada.
De hecho, hacen hincapié en que el mar ha conseguido devorar el monumento por los laterales, como ocurrió en la primavera de 2014, cuando se detectó la erosión de la base de la duna en una de las esquinas del muro, lo que provocó la entrada de agua en la cámara, dejando a la vista el "cuncheiro".
La presencia del dolmen en la zona de caída de la duna está provocando "la inestabilidad de esta última, de forma que poco a poco se va degradando".
Los arqueólogos de Guidoiro Dixital tienen claro que, con el paso del tiempo, "el mar irá devorando la duna por los laterales del muro de protección hasta desaparecer por completo la mámoa".
Por eso son conscientes de que se debe actuar de forma inmediata en un entorno privilegiado como es el de Areoso, donde muchos de los hallazgos se conservan gracias a la naturaleza del suelo. La acción del mar en algunos puntos del islote parece inexorable y ya se ha llevado por delante una gran cantidad de restos, algo que constatan cada verano los miembros de "Pandulleiros" el colectivo que reclamó una urgente actuación en Areoso.
