La decisión de la Xunta de Galicia de impulsar trabajos arqueológicos en la mámoa número 4 de Areoso es saludada de forma muy positiva por el colectivo "Pandulleiros", un grupo de vecinos de A Illa aficionados a la arqueología que fueron los primeros en alertar del peligro al que se exponían los restos del islote.
El portavoz del colectivo, Pablo Iglesias, apuntaba ayer que "es el momento de dar un paso más para conseguir preservar los restos que se encuentren durante la realización de esos trabajos, es decir, el momento de crear un centro de interpretación para salvaguardar los hallazgos que se vayan realizando ante el peligro que supone la erosión y la masificación de turistas durante el verano".
Para el grupo la creación de este centro de interpretación sería una forma de poner en valor el islote y una forma de atraer turismo de carácter cultural e histórico a A Illa, donde se ubicaría este espacio. "Entendemos que todo lo que se encuentre y sea catalogado por los arqueólogos no se puede dejar en el islote para que acabe desapareciendo, como ya ha ocurrido con la mámoa 5, sino que un centro de interpretación sería ideal para preservarlo y darlo a conocer", explica Iglesias.
"Pandulleiros" ya ha trasladado esta propuesta a todos los foros en los que ha participado y en los que se ha analizado la riqueza que oculta el espacio dunar del islote Areoso, un mensaje que "esperamos que cale profundamente, como ocurrió con la necesidad de realizar excavaciones arqueológicas en ese lugar, ya que fuimos los primeros en alertar de esa necesidad".
Mientras se aguarda al comienzo de las futuras excavaciones, el colectivo también incide en la necesidad de aplicar medidas más restrictivas en la protección de este espacio, con un alto valor medioambiental y marisquero. "Areoso no solo destaca por su valor arqueológico, sino por su importancia natural y por los importantes bancos marisqueros que la rodean, y para protegerlos, deben implicarse varias administraciones antes de que pueda ser muy tarde", insiste Iglesias.
Iglesias reconoce que son conscientes de que "la lucha que iniciamos en su momento es un camino muy largo y que se encuentra tan solo en sus inicios, pero creemos que este es el camino para conseguir que se preserve la importante riqueza patrimonial y medioambiental del islote". Desde el colectivo siempre se ha apostado por una restricción del acceso de las personas al islote, ya que la masificación que sufre Areoso durante el verano ha provocado la aceleración de su proceso natural de cambio y amenaza con convertirse en un serio problema para el futuro de este espacio.
El colectivo realiza visitas periódicas al islote para comprobar su estado. La última de ellas se realizó poco antes de la Semana Santa y los resultados no resultaron muy halagüeños. No en vano, durante la misma se confirmó que la duna ha sufrido un importante retroceso y que el islote camina, de forma inexorable, hacia su conversión en dos pequeñas islas, al cubrir el mar, en mareas importantes, el pequeño istmo central. Precisamente en el entorno de ese istmo se encuentran gran parte de los restos que están aún por catalogar.
