A tan solo unos cuantos pasos del Punto Limpio, la antigua perrera de Pinar do Rei se ha convertido en un foco de vertidos ilegales que se mezclan con los escombros de la demolición de parte de las instalaciones. Ciudadanos poco o nada respetuosos con el entorno no dudan en depositar en el lugar todo tipo de basura cuando, fuera del horario laboral, se encuentran cerradas las puertas del Punto Limpio. Una treintena de neumáticos se amontonan en lo que antes era la puerta del refugio de animales. Bajo ellas, sacos, palés, cristales hechos añicos, algún que otro collar de perro e incluso una mesa de plástico. Es solo un adelanto de lo que esconden las ruinosas instalaciones. Centenares de azulejos rotos que antaño cubrían las paredes están hoy amontonados en el suelo. Algunos muros se han caído y maleza e incluso árboles se han adueñado del recinto. Con ellos conviven tablas, tuberías o rejas de alambre. También un sillón y una vieja cafetera de lo que parece que era una oficina.
Es un síntoma más de la degradación de un entorno, el de Pinar do Rei, en el que hace poco más de dos años Fomento construyó una nueva perrera que ya se queda escasa para las necesidades de Vilagarcía, amplió el Punto Limpio, cuyo funcionamiento no es óptimo, y creó un parque forestal que hoy en día se encuentra abandonado y que ofrece una imagen completamente desangelada. El Concello todavía no recepcionó las obras, al menos en parte, y hoy estarán en Ravella técnicos del Ministerio de Fomento para abordar este y otros asuntos.
