Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los bateeiros superan dos meses de cierre por biotoxinas y temen "que vaya para largo"

A estas alturas siguen cerrados 47 polígonos y solo hay cinco operativos -Los productores de mejillón creen que la situación va a mantenerse hasta que cambie el régimen de vientos

Los bateeiros, como este de O Grove, solo pueden esperar a que las biotoxinas remitan. // Muñiz

Los bateeiros gallegos acumulan más de dos meses de inactividad generalizada debido al episodio tóxico que suele repetirse cada año por estas fechas, coincidiendo con el afloramiento de primavera.

El desabastecimiento es prácticamente total -queda un puñado de viveros operativos pero con poco producto en sus cuerdas- y el sector tuvo que conformarse en las últimas semanas con completar la campaña de encordado de la mejilla para preparar la siguiente campaña.

Pero la temporada de recolección de la cría de molusco ha finalizado ayer y no hay noticias de que la Consellería do Mar acceda a la prórroga de dos meses más solicitada por la Federación de Asociacións Mexilloeiras (Femex), por lo que todo parece indicar que esta actividad recolectora está finiquitada y ya no se retomará hasta diciembre.

Así pues, sin semilla que encordar y sin producto de talla comercial para vender, los bateeiros tendrán que permanecer un tiempo de brazos cruzados a la espera de que los niveles de toxinas lipofílicas vuelvan a descender y se decrete la apertura de polígonos.

El problema es que, como indican en el propio sector, "puede que este episodio tóxico vaya para largo, y de hecho no va a remitir hasta que se produzca un cambio realmente significativo en el régimen de vientos".

Algunos de los productores consultados pronostican que "junio, e incluso puede que julio, van a ser meses difíciles", marcados por la incidencia de la que popularmente se conoce como "marea roja".

La esperanza que les queda es que esas biotoxinas marinas desaparezcan a tiempo para desarrollar la campaña de verano y empezar en agosto o septiembre con la de industria.

Sea como fuere, también insisten en que los perjuicios son actualmente mínimos, ya que, como se explicó en otras ocasiones anteriores, el grueso del mejillón no reúne aún buenas condiciones de rendimiento, y el que las tenía ya se vendió antes del cierre de bateas.

Todo comenzó, hay que insistir, hace un par de meses. Desde entonces se produjeron aperturas puntuales de polígonos, pero volvían a cerrarse solo unos días después; unos vaivenes que suelen producirse cuando los niveles de células tóxicas se mueven en torno a los límites permitidos.

Fue el 21 de marzo cuando se constató que las biotoxinas marinas habían regresado a Galicia después de más de tres meses de ausencia generalizada y sin que se produjeran episodios fuertes desde el pasado verano.

FARO DE VIGO ya advertía entonces de que aquello era solo la punta del iceberg y que se avecinaban tiempos difíciles a causa del afloramiento de primavera.

Aquel día el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) cerraba seis polígonos en la ría de Pontevedra debido a toxinas diarreicas (DSP).

Solo una semana después ya estaban afectadas, en mayor o menor medida, todas las rías gallegas excepto la de Ares-Betanzos. Los cierres alcanzaban ya a la mitad de los polígonos mejilloneros, y se advertía de que las prohibiciones de extracción irían en aumento.

Así fue, por eso el 12 de abril el incremento de toxinas lipofílicas había provocado ya el cierre de ocho de cada diez polígonos.

Tras algunas reaperturas y nuevos cierres el 14 de mayo se alcanzaba uno de los momentos cumbre de este proceso, ya que el Intecmar clausuraba siete polígonos de Arousa y Vigo, confirmándose que el episodio tóxico primaveral seguía plenamente latente y provocaba la ausencia absoluta de mejillón.

Y la situación continúa igual de mal, pues ayer había 47 polígonos cerrados y solo cinco operativos, tres de ellos en Arousa y los dos restantes, en la ría de Vigo.

Compartir el artículo

stats