En lo que va de año ya se han retirado en O Salnés una decena de nidos de "avispa velutina", la especie invasora que desde hace un par de años tiene en jaque a apicultores y administraciones por lo peligrosa que resulta para las colmenas de abejas, amenazando tanto la producción de miel como la polinización de las plantas. Previsiblemente, la cifra de avisperos retirados empezará a dispararse en unas semanas, con la llegada del buen tiempo.
Los apicultores arousanos prueban todo tipo de trampas para minimizar los daños que este insecto procedente de Asia causa en las colmenas, aunque algunos ya consideran que posiblemente sea ya una quimera pensar en erradicar la plaga. "Una vez que ha entrado posiblemente sea ya utópico creer que podemos erradicarla", afirma Pedro Rey, un vecino de Catoira de 36 años con media docena de colmenas. "En Francia ya han tirado la toalla. Tendrá que producirse un proceso de selección natural, de modo que resistan las abejas mejor preparadas para defenderse de la velutina", plantea.
La Consellería do Medio Rural de la Xunta de Galicia lleva un registro de nidos de "velutina" retirados. En O Salnés fueron 72 durante todo el pasado año. Una cifra que quizás se quede pequeña en este 2016, habida cuenta de que ya van una decena y aún no ha empezado la temporada de calor. Así, desde enero, los técnicos de la empresa Tragsa retiraron un avispero en Vilagarcía, Ribadumia y Meis, respectivamente, y dos en Vilanova, Meaño y Sanxenxo.
La de O Salnés no es, de todos modos, la comarca gallega más afectada por la invasión de esta especie, que supuestamente entró en España por Francia. Las zonas con más nidos retirados siguen siendo con mucha diferencia el tercio sur occidental de la provincia de Pontevedra, desde Vigo; y el litoral norte de la comunidad, desde Carballo, en A Coruña, hasta Ribadeo.
A cambio, hay zonas donde la incidencia está siendo mucho menor, principalmente en el interior de Galicia y la montaña. De ahí que haya apicultores, como el propio Pedro Rey, que incluso barajen como opción para salvar sus colmenas el trasladarlas a puntos geográficos más altos o más alejados de la línea costera.
Las trampas
El catoirense Pedro Rey ha puesto varias trampas, tanto las que le cedió la Xunta de Galicia en otoño pasado, como la artesanal con cerveza negra que se ha popularizado entre los productores de miel. Pero se muestra escéptico. "En las de la Xunta no cabía ni un insecto más, pero de todos los que cayeron en la trampa solo había una velutina".
En su caso, conoce bien los estragos que puede hacer la "vespa asiática". "Las he visto delante de mis colmenas, y como me mataban las abejas en un nada". También probó con este sistema Ramón Fandiño, un productor de Cornazo de 73 años que llegó a tener una docena de colmenas de miel, de las que solo le quedan ahora dos. "En esta zona estamos quedando sin abejas, y no deberíamos permitirlo, porque las abejas son fuente de vida. Si nos faltan, en poco tiempo quedaremos sin legumbres y sin fruta. Mucha gente las toma a broma y las menosprecia, pero son importantísimas".
