El colegio Antonio Magariños de Cambados eligió este curso para trabajar la obra del poeta vigués Antonio García Teijeiro. Este pasado jueves el poeta visitaba el centro escolar en un encuentro literario, que aunó ilusión y emoción, y que congregó a cerca de 300 niños alrededor del que ha sido este curso su escritor de cabecera. Durante toda una mañana escucharon, preguntaron y recitaron versos de un García Teijeiro que, reconocía, haberse "emocionado por momentos, por el cálido recibimiento, por el cariño con que me han tratado alumnos y profesores, y por comprobar el gusto tan exquisito con que han trabajado mis libros". Precisamente esta misma semana llegaba a las librerías su último libro, "Poemar o mar", un libro que completa su trilogía dedicada al mar y que se presentará de forma oficial el próximo 29 de abril en la ciudad olívica.
-¿Qué papel juegan estos encuentros literarios con los niños?
-Tienen mucha importancia, siempre y cuando exista un trabajo previo sobre el autor y su obra. En ese caso encontrarse con el narrador o con el poeta al final del camino, y compartir juntos inquietudes, es como ponerle la guinda al pastel, una forma de completar el círculo. Pero si no existe ese trabajo previo y el escritor acude al colegio a un encuentro para rellenar una hora, entonces no sirve nada, no aporta nada a los chavales.
- ¿Qué sensaciones se lleva del encuentro en Cambados?
- La verdad, me llevo una sensación magnífica, porque siempre reconforta ver, como este caso, a casi 300 niños ilusionados, que me acogieron con un cariño enorme, y comprobar lo bien que habían trabajado mis libros, notar incluso por momentos la emoción en sus caras y en su voz, escuchar como una profesora me reconocía que se había adentrado en la poesía a través de mis versos? para mí eso es algo que siempre resulta muy especial.
- ¿Poeta desde cuándo?
- En realidad desde siempre, porque cuando tenía 15 o 16 años ya escribía versos, pero aquella era una poesía diferente, en la que solo hablaba de sentimientos. Fue después, que leyendo a los grandes poetas, escuchando a Paco Ibáñez y a otros, esa poesía fue filtrándose en mí, encontrando otros caminos, calando y tomando cuerpo hasta que en 1988 publiqué mi primer libro de poemas.
- ¿Y por qué su apuesta por poesía infantil?
- Creo que, en gran parte, porque soy profesor. Recuerdo que, cuando trabajaba por aquellos años en clase con los alumnos "Os sonos na gaiola" de Manuel María, a quien precisamente dedican este año el Día das Letras Galegas, escribí para ellos uno de mis poemas en la pizarra. Y enseguida comenzaron a recitarlo en voz alta, y luego a cantarlo, y pude comprobar entonces lo mucho que disfrutaban. Yacabé decidiéndome a escribir para ello. Era el año 1986.
- Varios poetas o escritores de literatura infantil y juvenil están vinculados a la docencia ¿Crea ello un vínculo especial con los niños?
- Siempre existe una relación especial porque el maestro es el que está todos los días con los niños, el que conoce sus necesidades de primera mano, el que sabe de sus gustos, de sus ilusiones... y eso influye a la hora de crear para ellos.
- ¿Se lee poca poesía?
- Sí, en adultos sobre todo, pero los niños leen más. Cierto que para que la poesía llegue a los niños es necesaria la figura de un mediador, sea el padre, la madre o el maestro. La poesía es contagiosa, y el mediador es la figura que debe contagiar esa ilusión por leer, por escribir, por cantar la poesía... Si eso se hace desde edades tempranas, el niño enseguida empieza disfrutar.
- ¿Y que se pierde, pues, en ese camino desde la infancia a la madurez para abandonar la poesía?
- Lo que ocurre es que los adultos actuales no han tenido en su día, cuando era niños, una formación poética, y ahora que son adultos, ven la poesía como algo extraño, recelan porque tienen miedo ante ella.
- ¿Y el panorama es ahora más alentador en las escuelas?
- Todavía queda mucho por mejorar. Lamentablemente la poesía y el teatro siguen estando un total al margen. Por lo general al profesor le resulta más cómodo prescribir un libro de narrativa.
- ¿Qué le diría usted a un padre o a una madre para que le lea cada noche algo de poesía a su hijo?
- Le diría que la poesía es un elemento afectivo enorme, que su lectura educa las emociones, que va a contribuir a que entre ambos se refuercen aún más los lazos afectivos que les unen, que leyéndola van a explorar juntos nuevos caminos, otros puntos de vista y otras emociones.
- La música es otra de sus grandes pasiones ¿Poesía y música van de la mano?
- Por supuesto. La música contribuye a que la poesía se filtre en uno y que llegue más allá. Hay grupos nuevos, como "Mamá Cabra", que están haciendo música excelente a partir de poemas infantiles y contribuyen con ello a esa filtración de la que hablaba para con los niños. Pero también está gente consagrada como Paco Ibáñez o Amancio Prada que, de otra forma, nos acercan a los clásicos, y que resultan también indispensables a la par que emocionantes.
- Cuentan que posee una discoteca y una biblioteca, sino la más, de las más grandes de Vigo. ¿Cuántos libros y discos alberga?
- Siempre digo que yo tengo una biblioteca que es un piso.Recomendaría la última antología de Manuel María, titulada "Manuel María. Vida versos e rebeldía". Es una excelente ocasión.
