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Los comuneros de Catoira desarrollan un proyecto topográfico para ordenar el monte

La comunidad de San Miguel asume el trabajo y su coste con la intención de elaborar una cartografía realmente fiable que beneficie tanto a la entidad como a los particulares

La realización de los trabajos topográficos encargados por la comunidad de montes de San Miguel de Catoira, en Pedras Miúdas. // FdV

La comunidad de montes vecinales en mano común San Miguel de Catoira desarrolla un ambicioso trabajo mediante el que pretende identificar y poner orden tanto en sus parcelas como en los terrenos pertenecientes a particulares ajenos a la entidad.

Un estudio topográfico impulsado y financiado por la propia comunidad va a determinar la superficie y ubicación exacta de miles de parcelas, dando paso a la elaboración de una cartografía que no deje lugar a dudas y no solo ordene el monte, sino que sirva de base para cualquier tipo de trabajo o actuación futura, incluso para aquellos planes que quieran afrontar generaciones venideras.

Las mediciones y catalogación de terrenos, que se llevan a cabo en estrecha colaboración con los vecinos -a quienes se pide toda la ayuda que puedan ofrecer para elaborar el mejor trabajo posible- comenzaron a la altura del viaducto del Eje Atlántico para el Tren de Alta Velocidad (TAV).

En ese lugar hay un buen puñado de fincas que en su momento fueron expropiadas y otras temporalmente ocupadas que en muchos casos siguen pendientes de devolución -como explicó FARO hace semanas- pertenecientes tanto a particulares como a la propia comunidad de montes.

Lo que sucede es que la acción de la maquinaria pesada para construir el viaducto ha destrozado muros y eliminado indicios de viejos linderos, lo cual dificultó enormemente la identificación y diferenciación de propiedades.

Desde esas fincas a orillas del Ulla los trabajos topográficos se trasladaron al entorno de la laguna de Pedras Miúdas, uno de los paraísos naturales de la localidad vikinga, donde la comunidad de montes de San Miguel dispone de amplias e importantes propiedades.

Y la intención de este colectivo, presidido por Luis Rey, es seguir río arriba, remontando el curso del Freixeiro hasta donde sea posible, o mejor dicho, hasta donde la disponibilidad económica lo permita.

Dinero insuficiente

"Lo ideal sería llegar con estas mediciones y la consiguiente catalogación hasta la cima del monte Xiabre, pero es económicamente imposible", manifiesta Luis Rey, que estima que en el trabajo topográfico actual la comunidad empleará más de 6.000 euros.

De ahí que los comuneros lamenten la falta de apoyos de una Administración "que tendría que haber ejecutado este mismo trabajo hace ya mucho tiempo".

Lo creen así porque es una acción "imprescindible", puesto que si bien el catastro de 2002 "resultaba bastante aceptable", la renovación del mismo en 2009 "fue un auténtico desastre, ya que básicamente se hizo un copia y pega con los datos de la concentración parcelaria, los cuales eran preocupantemente imprecisos".

Problemas con la parcelaria

Aclara Rey que "aunque no se hiciera intencionadamente, sino quizás por falta de rigor al elaborar aquella relación de propiedades para la parcelaria", lo único cierto es que ahora "hay multitud de fincas que están mal medidas, otras que ni aparecen e incluso errores al trazar el curso del río, de ahí la necesidad de que tengamos que ser nosotros, los comuneros, los que afrontemos este trabajo topográfico para levantar acta y determinar con mayor fiabilidad los diferentes linderos, poniendo sobre la mesa una base topográfica rigurosa que determine con exactitud la ubicación y superficie de parcelas privadas y, por supuesto, que identifique las comunales, incluidas aquellas que se habían perdido o creíamos desaparecidas".

Se trata, manifiesta el propio Luis Rey, "de un trabajo tan costoso como laborioso que, debo insistir, tenía que haber afrontado hace mucho tiempo la Consellería do Medio Rural".

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